Mujeres maltratadas y personas sin techo copan el teléfono de emergencia
Mujeres maltratadas por sus maridos y ciudadanos preocupados por quienes duermen a la intemperie son los principales interlocutores del Servicio de Información Telefónica y Atención de Emergencia (SITADE) , una línea del Ayuntamiento y la Comunidad que desde 1989 atiende problemas sociales urgentes las 24 horas de todos los días del año. En 1995 se recibieron 8.729 llamadas, el 62% de mujeres.
Vecinos que llaman preocupados por los indigentes que duermen a Wintemperie. Mujeres maltratadas. Menores abandonados o ancianos perdidos. Familiares de drogodependientes agobiados. Ciudadanos que se quedan en la calle porque su vivienda se ha desmoronado. Todos ellos recalan en el 900 100 333, una línea atendida por 22 trabajadores y poco conocida, según su coordinadora, Ana Santos., Su principal tarea comienza cuando los centros oficiales de atención han echado la persiana.Cuando quien llama es una mujer que ha sufrido maltrato conyugal, se le aconseja que acuda a la casa de socorro para curarse las lesiones y que presente denuncia en comisaría.
Si no tiene donde refugiarse le le traslada a una de las dos habitaciones en pensiones con las que este servicio tiene conciertos o a la residencia de las
Damas Apostólicas. Al día si guiente se les deriva a una casa de acogida de la Comunidad. "Lo llamativo es el aumento de inmigrantes que nos llaman para denunciar que sus maridos les golpean".
Ancianos perdidos
Los ancianos perdidos, igual que los niños fugados o abandonados, suelen llegar al SITADE con la policía. Si no es posible encontrar a su familia, a los ancianos se les cobija esa noche en la Gran Residencia de la Comunidad; a los niños, en el centro de acogida de menores de Hortaleza.Algunas de las situaciones más chocantes que ha vivido este año el servicio, han estado relacionadas con la vejez. Una señora Se plantó en Madrid desde su pueblo para casarse con Felipe González. Otra llegó en tren con una única referencia: el cuartel de la Montaña. Ambas mujeres se perdieron por la ciudad y, al encontrarlas, la policía las trasladó al servicio de emergencias.
Muchas personas llaman preocupadas al ver a indigentes durmiendo en la calle. A veces lo hacen porque les molesta el pobre. "El Código Civil ofrece dos posibilidades para no dejar desatendidos a estos indigentes crónicos pese a sus negativas", asegura Santos. "Una de ellas consiste en solicitar al juez un oficio para su internamiento involuntario en un hospital a fin de que el psiquiatra diagnostique su estado y decida si hay que internarlo", añade.
Al padre de un toxicómano se le ofrece consejo; si su hijo atraviesa una crisis se recurre a la urgencia sanitaria del 061.
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