Tres muertos y 13 heridos al, estallar dos granadas en una iglesia alemana
Una mujer no identificada, de unos 35 años, acabó con su vida y la de otras dos mujeres al hacer explotar dos bombas de mano en la Nochebuena, durante un servicio religioso en una. iglesia evangélica de Sindlingen, en las cercanías de Francfort. La policía no ha conseguido identificar a la autora del atentado, pero supone que no se trata de un acto terrorista, sino de la decisión desesperada de una suicida.El servicio religioso de Nochebuena había empezado a las once de la noche en la pequeña iglesia evangélica de Sindlingen, llena con unas setenta personas. Con la ceremonia ya iniciada, entró en la iglesia una mujer con la cara cubierta y se sentó en la tercera fila de atrás, al lado de otras dos mujeres de 59 y 61 años. Según testigos del hecho, se escuchó de repente una explosión sorda y la iglesia se llenó de humo. Los asistentes al servicio religioso se apresuraron a abandonar la iglesia en medio de gritos de "¡fuera, fuera!". En el suelo quedó la huella del baño de sangre: tres mujeres muertas, entre ellas la presunta suicida, y 13 personas heridas, 10 de ellas de gravedad. Ayer seguían en estado. crítico cuatro de los heridos, entre ellos una niña de 12 años y su madre.
Todo parece indicar que se trata de un suicidio en plena ceremonia religiosa de Nochebuena. En estas fechas, navideñas la estadística muestra en Alemania que se incrementa de forma considerable el número de suicidios. El psicólogo de Múnich Paul Kochenstein declaró en la cadena de televisión privada RTL que lo ocurrido responde "al final de un proceso psicótico".
La policía ignora por completo los motivos de la presunta suicida. La televisión difundió ayer una foto de la muerta, para tratar de que alguien la identifique.
Por otra parte, un muchacho de 16 años confesó haber incendiado el lunes por la noche una casa de Kiel, en la que vivían familias extranjeras, por motivos xenófobos. Como consecuencia del este siniestro ocurrido en la capital del Estado federado de Schleswig-Holstein, en el norte de Alemania, 13 personas tuvieron que ser internadas en un hospital con síntomas de asfixia, tres de ellas en la unidad de cuidados intensivos, aunque sus vidas no corren peligro. La intervención a tiempo de los bomberos permitió rescatar a a 35 personas en medio de las llamas.
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