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La Bolsa de Tokio cae al mínino del año por temor al efecto negativo del ajuste fiscal sobre el crecimiento

Victoria Carvajal

El pesimismo sigue contaminando toda la actividad económica en Japón. A pesar de que el producto interior bruto (PIB) nipón aumentará esta año a un ritmo cercano al 3,8% y el Gobierno se esfuerza en mandar mensajes de optimismo sobre la solidez del crecimiento, los mercados parecen percibir la situación de una manera muy distinta. El martes pasado, la Bolsa de Tokio cayó un 2,69%, hasta el mínimo del año, 19.161,71 puntos. Es el nivel más bajo desde el 19 de diciembre de 1995.Este retroceso, que contrasta con la bonanza que viven las bolsas europeas y la estadounidense, refleja la diferencia entre las expectativas oficiales y las de los inversores. Estos últimos temen, sobre todo, el efecto que tendrán en el crecimiento los planes de ajuste fiscal que prepara el Gobierno para 1997.

El Ejecutivo japonés, por contra, cree que la economía tiene una base de crecimiento lo suficientemente sólida como para comenzar a sanear las finanzas públicas, que se han descontrolado en los, cuatro años de recesión.

En ese periodo, los programas de inversión pública aprobados para estimular la demanda, el esfuerzo de reconstrucción tras el terremoto de Kobe en 1995 y el dinero público destinado a sanear el debilitado sector financiero han disparado el déficit de las administraciones públicas por encima del 4% del PIB. Japón es, por ejemplo, el miembro del Grupo de los Siete países más industrializados del mundo (G-7) con el mayor déficit público.

Paradójicamente, los planes del Gobierno de Tokio para corregir este desequilibrio, cuya financiación absorbe el ahorro privado que podría financiar otras actividades económicas y presiona al alza los tipos de interés a largo plazo, no cuentan con la aprobación de los mercados. Los analistas creen que todavía es pronto para reducir el déficit.

En el último informe sobre las perspectivas económicas mundiales de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), los técnicos destacan que el impacto de la consolidación fiscal en el crecimiento será considerable. Calculan que el PIB crecerá en torno al 1,5% el año que viene, es decir, dos puntos menos que este año.

Eso sí, el coste que tendrá en la actividad económica el sanea miento de las finanzas públicas se verá recompensado con la reducción a la mitad del déficit público. La OCDE estima que éste se situará en tomo al 2% del PIB en 1997.

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