Condenado a cuatro años por falsificar reportajes de TV
La Audiencia de la ciudad alemana de Coblenza condenó ayer a cuatro años de cárcel a Michael Born, de 38 años, acusado de haber vendido entre 1990 y 1995 a diversas cadenas de televisión,sobre todo privadas, por lo menos 16 reportajes falsificados y manipulados con todas las trampas imaginables. El tribunal considera a Born culpable de varios delitos como estafa, tenencia ilícita de armas, conducir sin carne, simulación de hechos delictivos y tortura de animales. Otros tres compinches del periodista Born salieron mejor librados: uno tuvo que pagar una multa de 3.000 marcos (unas 250.000 pesetas); a un segundo le cayeron dos meses y al tercero siete, pero quedaron en libertad condicional.En el banquillo de los acusados de Coblenza se sentó durante un par de meses Born, quien lleva ya un año de prisión preventiva, pero en realidad se encontraban allí presentes las cadenas que compraron unos reportajes que no resistían la más elemental verificación periodística. No obstante, los representantes, de las cadenas se limitaron a comparecer como testigos de una de las páginas más bochornosas del periodismo alemán, Figuras destacadas de la televisión tuvieron que explicar al juez por qué compraron los reportajes de este pícaro sin escrúpulos, que supo explotar las ansias de notoriedad de algunos presentadores y de audiencia de cadenas deseosas de ofrecer el máximo de sensaciones posibles a cualquier precio.
Born tuvo la mala suerte de que un fiscal viese en televisión uno de sus reportajes que trataba, nada menos,. que de las conexiones entre neonazis alemanes y el Ku-Kux-Klan norteamericano. Los encapuchados proferían en la película toda clase de barbaridades, que habrían hecho revolverse de satisfacción en su tumba al mismísimo Hitler. El fiscal no lo tomó a broma y abrió un sumario contra los encapuchados. Esto obligó a examinar los reportajes que tenía la televisión y estudiar otros productos made in Born. Del análisis de las voces resultó que uno de los encapuchados tenía el mismo timbre que un narcotraficante y un terrorista kurdo. Demasiada coincidencia.
Born vendió, reportajes por unos 350.000 marcos (unos 30 millones de pesetas) y cubría temas como narcotráfico, ultraderechistas que enviaban cartas bomba, sapos que producían una secreción alucinógena, que era en realidad leche condensada, o niños explotados en el Tercer Mundo. Por este reportaje, la fábrica de muebles sueca lkea exigió una indemnización, porque se la implicaba en la venta de productos elaborados con trabajo de niños en Asia.
La productora de televisión Stern TV, vinculada a la revista que en su día publicó los diarios falsos de Hitler, fue una de las mayores compradoras de los reportajes de Bom. El director de Stern TV, Andreas Zaik, declaró ayer que lamenta no haber denunciado antes a Born y promete para el futuro trabajar con materiales propios, para lo cual han ampliado su plantilla de reporteros.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.