El penúltimo gol de Julio
Se va Julio. Aunque la decisión aún no se ha hecho oficial, Salinas volará en breve a Japón, para ponerse a las órdenes de Azkargorta, entrenador del Yokohama. Ayer, el futbolista en activo más goleador de la Liga hizo su último tanto en España. Y lo celebró, por primera vez en su vida, con lágrimas. Salinas, vilipendiado por muchos, aseguró que en níngún equipo le han tratado tan bien como en el Sporting. Con ese estilo se despidió del equípo que le ha permitido colocar su nombre, su apellido y sus 140 goles en el libro de la historia del fútbol español. Pánico en Zaragoza. No era Víctor Fernández el culpable, eso seguro. Tampoco lo es Víctor Espárrago, su sustituto, recién ingresado en un club que comienza a parecer un frenopático. El histerismo ha acampado en La Romareda. Y reina que da gusto. El público la emprende contra todo el que se mueva, con mención especial para Belsué y Aragón, destinatarios de sus más sonoras diatribas. Espárrago tampoco se salvó ayer, zarandeado por su decisión de dejar a Gustavo López en el banquillo. Y los jugadores, a oscuras ellos, presos de pavor, siguen empeñados en dinamitar todo récord negativo que tengan a la vista, como lo demuestra e que hayan acumulado nueve tarjetas rojas en 17 partidos.
El "annus horribilis" de Caneda. Está inspirado José María Caneda. No olvidará e presidente del Compostela el año 96, en el que ha decidido hacer del escándalo si bandera, del insulto su ley y del absurdo su patria. Y se le da de vicio. Fue señala el árbitro el descanso en el Compostela Oviedo, con 0-2 en el marcador, y al vestuario que se fue raudo el mandamás gallego. A gritar, a enseñar su ya conocido cariño por el improperio. A humillar a Fernando Vázquez, el entrenador, al que dejó sin voz y sin mando, desnudo de poder. Sólo resta esperar el inmediato momento en que le desaloje del banquillo. A patadas, quizá.
Lillo defiende a Vázquez. De poco van a servir sus palabras, pero hay detalles que se agradecen. Lillo, técnico del Oviedo, no dudó en hacer públicos sus sentimientos ante el posible cese de Fernando Vázquez: "Le tengo un gran respeto y no entiendo que se le discuta cuando ha paseado el nombre del Compostela por toda España".' Horas más tarde el Oviedo apretaba aún más la soga en el cuello de Vázquez. Pero si Lillo demostró que no le van los navajazos, Pirri, jugador del Compostela, tuvo el mal gusto de criticar los sitemas de Lillo: "Tal y como juega lo probable es que se lleve una goleada", se atrevió a aventurar este paupérrimo aprendiz de pitoniso.
Los extranjeros del Rayo, un chollo. Para espías, los del Rayo. Teresa Rivero no tendrá ni idea de fútbol, pero sus asesores son un un chollo. Se fueron por esos
mundos a buscar refuerzos, desconocidos y baratos, como es costumbre en la casa. Y a fe que acertaron. De los 23 goles que ha logrado el Rayo, 18 llevan firma foránea. Ayer no jugaba Guilherme, su mejor artillero. Sin problemas. Le sustituyó el argentino Klimowicz, que es lo más parecido a un albatros vestido de futbolista, y dos golitos que consiguió el hombre, tan largo él, tan enorme. Tan hambriento.
Los que ensucian el Calderón. La mezquindad no conoce límites. El Frente Atlético, tan fiel, tan incansable en el aliento, ha vuelto a ensuciar su nombre al permitir la presencia en su seno de algún que otro descerebrado. Hace unas semanas apareció en la zona que ellos ocupan la pancarta más zafia que se pueda imaginar, una en la que un mamarracho quiso reirse, sin conseguirlo, del hijo de Mijatovic. Ayer se pudo ver antes del inicio del partido otra podrida sábana que rezaba así: "Aranzábal etarra". Informado Gil del asunto, decidió ordenar su inmediata retirada, aunque no estaría de más que intentara averiguar el nombre del memo que se ha empeñado en adornar con basura las gradas del Calderón.
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