El Plan General 'silencia' dos barrios que suman 80.000 vecinos y 20 tramos de autovía

Por primera vez, los diseñadores de la futura ciudad han tenido en cuenta el ruido. El nuevo Plan General -que se aprobará el martes- incluye medidas contra el estruendo tanto para los barrios construidos como para los de nueva creación. Para los primeros, el documento prevé colocar pantallas acústicas en 20 tramos de la M-30, M-40 y otros accesos. También se actuará en los barrios especialmente ruidosos modificando el paso del tráfico -causante del 80% del ruido urbano- para dejar las zonas residenciales libres del rugido de los cohes. El barrio del Lucero (Latina) y el de San Diego (Puente de Vallecas), de alrededor de 40.000 vecinos cada uno, serán los primeros en recobrar el silencio.

Las Normas Urbanísticas para la Protección del Medio Ambiente del Nuevo Plan General establecen cinco tipos de áreas urbanas en función de sus niveles acústicos: área de silencio levemente ruidosa, tolerablemente ruidosa, ruidosa y especialmente ruidosa. En aquellas zonas donde se superen los niveles de ruido permitidos -que oscilan entre los 45 y los 70 decibelios, según el tipo de área-, el plan establece unas medidas de rehabilitación, entre las que se cuenta la instalación de pantallas acústicas en aquellas vías donde ya no se puede hacer otra cosa.Entre ellas están, naturalmente, la M-30, la M-40 y las principales autovías radiales. El plan prevé colocar pantallas en los, siguientes tramos de la M-30: calles de Arregui y Aruej (Vallecas), avenida de Levante (Chamartín), avenida de la Ilustración-colonia Puerta de Hierro, colonia del Manzanares, Ermita del Santo, avenida de Portugal, colonia de San Antonio y calle de Ricardo Ortiz (Ciudad Lineal).

En la M-40 las pantallas se situarán en Orcasur, Poblado de Absorción de Hortaleza, Barrio de San Lorenzo (ya en instalación), barrio de las Palomas y barrio de los Ángeles. El resto de correcciones acústicas se instalará en la avenida de Portugal, carretera de Extremadura, nudo de la Zarzuela (en construcción), barrio de Palomeras, nudo de Manoteras, carretera de Carabanchel a Villaverde y barrio de Santa Eugenia. Esas son, al menos, las intenciones de los técnicos, pero aún no hay dinero para llevarlas a la práctica.

Menos molestias

No obstante, el Nuevo Plan General introduce un cambio cualitativo importante a la hora de decidir cuándo el ruido es molesto para los ciudadanos, según informa José Ignacio Gómez Cuesta, director técnico de la Oficina del Plan. Hasta ahora sólo se medía una fuente de ruido concreta, como el sonido de un equipo de música, por ejemplo.Con el nuevo Plan General las mediciones incluyen todo el ruido ambiental que se esté. produciendo en un lugar, aunque sea de varias fuentes a la vez; es decir, el tráfico, una industria, la gente que pasa y el pub de enfrente, todo junto.

Para Plácido Pereda, jefe de Niveles Sonoros del Ayuntamiento, la introducción de criterios de ruido en el Plan General es un importante cambio cualitativo: "Esto supone que la nueva ciudad crecerá con criterios acústicos y las molestias serán menores". Aunque Pereda reconoce que a corto plazo "no hay ningún estudio ni plan municipal para paliar el ruido debido al tráfico en las calles de Madrid".

El barrio de San Diego, en el Puente de Vallecas, y el del Lucero, en Latina, pueden ser los primeros en sufrir en sus calles el Plan Especial de Adaptación de la Vía Pública, otra de las disposiciones antirruido del nuevo plan. Estos programas serán utilizados por los urbanistas como bisturíes para estirpar de las calles de un determinado barrio el exceso de ruido. Los técnicos cortarán aquí o allá según el tráfico que pasa por cada vía. Se persigue que el tráfico pesado discurra todo por las mismas vías y dejar otras zonas con un uso residencial, más libres de coches.

"Injusticia"

A primera vista puede parecer injusto que los vecinos de una determinada calle se traguen todo el tráfico mientras el resto duerme a pierna suelta, pero existe una explicación técnica para actuar así. Una de las ' características que diferencian el ruido de otro tipo de contaminación es que apenas se acumula. Dos fuentes sonoras que emitan 60 decibelios cada una, actuando simultáneamente, no provocan 120 decibelios de ruido, sino sólo 63. Cuando se duplica una fuente sonora, el receptor sólo percibe un aumento de tres decibelios, aumento casi imperceptible para el oído humano. Por eso es menos molesto meter más ruido donde ya lo hay.Otras medidas que los técnicos han tenido en cuenta para mitigar el ruido en zonas urbanas es la sincronización de los semáforos, para evitar las arrancadas y frenadas bruscas, y utilizar pavimentos drenantes, que reducen el ruido en cuatro decibelios.

Para decidir la reorganización de un barrio se analizarán las calles más aptas para canalizar el grueso del tráfico y el medio ambiente de la zona.