La oposición serbia apoya una investigación europea del fraude en las urnas
ENVIADO ESPECIAL
La oposición serbia está dispuesta a cooperar con cualquier misión europea que esclarezca el fraude electoral perpetrado por el presidente Slobodan Milosevic, pero ha criticado la tardanza en reaccionar de la comunidad internacional, al tiempo que anunciaba que no detendrá sus masivas manifestaciones callejeras, que ayer congregaron a más de 100.000 personas. La UE decidió en Dublín aceptar la invitación de Belgrado para que los expertos de la Organización para la Seguridad y Cooperacion Europea (OSCE) dictaminen sobre los resultados de unos comicios cuya anulación hace casi un mes ha desencadenado una protesta popular que mantiene al autocrático presidente serbio contra las cuerdas.
"Tenemos listos todos los documentos que prueban el robo de la votación por el presidente Milosevic, manifestó Slobodan Vuksanovic, portavoz del Partido Democrático, el principal grupo opositor; "pero deberían haber venido antes, a tiempo para fiscalizar la votacion", añadió. La UE acordó que entre los poderes de la misión internacional que deben ser aceptados figuren el de recomendar nuevas elecciones, si lo estima conveniente, y el de restablecer los resultados originales de los comicios municipales del mes pasado.
Milosevic ha dicho que no devolverá los escaños a sus adversarios de la coalición Unidos, pero no ha descartado, según señalan fuentes diplomáticas europeas, la repetición de las elecciones. "En algunas semanas hará concesiones, porque Washington le está poniendo unos límites muy claros. Si no acepta finalmente los resultados del 17 de noviembre, ordenará nuevos comicios", asegura el líder opositor Vojislav Kustunica, del Partido Democrático de Serbia.
Inspección de la OSCE
Perdida la calle, Milosevic, reflejado en monigotes procesionales cada vez menos caritativos, intenta comprar tiempo. El viernes ofreció a Washington la inspección de la OSCE, sólo para escuchar horas después que "Estados Unidos rechaza los argumentos legalistas [de Milosevic] que intentan ocultar la verdad (...), la flagrante violación de la voluntad popular", en palabras del portavoz del Departamento de Estado. Europa, dividida en sus intereses en Serbia -más beligerante, Alemania; menos, Francia y el Reino Unido-, se muestra partidaria de agotar cualquier posibilidad. Sin embargo, el mediador internacional Carl Bildt señaló ayer en Dublín que "no hay posibilidad de que Serbia se mantenga como el único enclave en Europa de ideas desechadas por la historia".Decenas de miles de manifestantes siguen bloqueando entretanto el centro de Belgrado y otras ciudades serbias. Reservada a los estudiantes la protesta del mediodía -ayer con recibimiento triunfal a la delegación de Novi Sad que ha recorrido a pie casi 90 kilómetros-, la manifestación vespertina de la oposición se ha convertido en un modo familiar de pasar, la tarde en la capital, donde en estos días es de rigor llevar un silbato.
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