Industria replicará punto a punto las duras críticas de la CSEN al Protocolo Eléctrico

El enfrentamiento entre el Ministerio de Industria y la Comisión del Sistema Eléctrico Nacional (CSEN) sobre al Protocolo Eléctrico firmado el miércoles por el ministerio con las compañías del sector sube de tono. Al informe muy crítico de la CSEN, en línea con algunos argumentos del PSOE y los sindicatos CC OO y UGT, Industria opondrá en los próximos días un contrainforme para rebatir, punto por punto, los argumentos del órgano consultivo que preside Miguel Angel Fernández Ordóñez y que depende del propio ministerio.

El informe de la CSEN, sin fuerza vinculante, cuestiona la rebaja de tarifas pactada con las empresas (3% de media en 1997, 2% en 1998 y un 1% cada uno de los años 1999 al 2001) por considerarla escasa y critica la concentración empresarial que mantendrá el sector y la "moderada" propuesta de Industria sobre libertad de elección de compañía por los usuarios.El contrainforme encargado por el ministro, Josep Piqué a Maria Luisa Huidobro, directora general de la Energía, supone un nuevo capítulo del enfrentamiento con la CSEN. El primer choque se produjo en octubre, a raíz de las ofertas públicas de adquisición de acciones que la compañía pública ENDESA lanzó sobre Sevillana de Electricidad y Fecsa.

El contrainforme, que será enviado a la propia comisión y probablemente a los grupos parlamentarios, demuestra que Piqué no comparte el análisis de Fernández Ordóñez sobre el enfrentamiento. En opinión de éste, "tendemos a ver estos asuntos como auténticas guerras porque no estamos acostumbrados a la crítica, cuando el espíritu que debe dominar es el deportivo, como si de un partido de tenis se tratara".

Los problemas están en las sugerencias de la CSEN no asumidas por Industria, especialmente sobre rebaja de tarifas, el aspecto elegido por el ministerio para "vender" el acuerdo con las eléctricas a los ciudadano.

Para la Comisión, el protocolo debería propiciar una rebaja rápida del precio que los consumidores pagan por la luz, empezando con un 5% en 1997 en lugar del 3% aceptado por Industria. Y ello por dos razones: el consumidor está pagando un sobreprecio y "las previsiones dé los resultados de las empresas- son muy positivas, lo que permite asegurar" que el citado porcentaje de rebaja "es perfectamente asumible".

Tampoco han sido bien recibidas las críticas de la comisión al retraso en la libertad de elección de compañía por los consurmidores. El informe de la CSEN señala que con los criterios asumidos por Industria, en 1998, cuando se inicia la liberalización, sólo podrán elegir suministrador 300 consumidores (los que gasten más de 20 gigawatios / hora al año), es decir, las grandes empresas; 1.000 consumidores en el 2000 y otros 1.500 en el 2002.

Los consumidores domésticos deberán esperar diez años. La paradoja, según la CSEN, es que tendrán libertad "aquellos consumidores que no van a querer elegir porque están muy cómodos con los precios subsidiados que les proporciona el monopolio".