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Reportaje:

Menudo Danny

El actor DeVito explica a los niños su úItimo filme, 'Matilda'

Los hijos de la sociedad e bienestar suelen estar bastante preparados. Incluso para enfrentarse a un actor de la talla (artísca) de Danny DeVito. Una tremenda batería de preguntas aguardaba ayer al diminuto actual anglo-italiano que visita Madrid haciendo los honores a una de las películas previsible mente más taquillera de estas navidades, Matilda. DeVito produce, dirige e interpreta. Los chavales se acercaron ayer tarde a la nueva tienda que Crisol abría en Madrid para confirmar las impresiones que la película les había suscitado. Allí, le dieron una lección de periodismo; Danny DeVito, por su parte, les respondió con una lección de cine y, al tiempo, de campechanía.DeVito llegó sonriendo en medio de un cinturón de fotógrafos. Se sentó, aunque no lo parecía, y aceptó de muy buen grado el tormento de una treintena de periodistas no mayores de 12 años que un día antes habían visto el filme entero y que querían saberlo todo sobre él.

La peli cuenta la historia de una niña, Matilda, que lee desde los cuatro años todos los libros que caen por sus manos, que vive con unos padres (DeVito y esposa) tremendamente grises y mediocres y que estudia en un colegio cuya directora es una verdadera fiera que la maltrata a ella y a sus compañeros. Con una conciencia gremial infantil y harta de abusos, Matilda descubre poderes mentales y con ellos se toma su venganza.

"Esta película trata de que los niños mandan", afirmó DeVito levantando el aplauso de los cachorros periodistas; con respuestas más que ingeniosas, justificó que la maldad de la directora del cole se debía a que la apretaban los zapatos, que trabajar con su mujer le había permitido mandar sobre ella por unos días y que le había hecho muy feliz dirigir a ninos actores.

Entre gestos y aspavientos, el actor-director explicó algunos de los efectos especiales que en la cinta se suceden, el vuelo dé objetos, los saltos espaciales de los niños.

Luego les recomenadó la lectura del libro de Roald Dahl en el que se había basado para hacerla y que él mismo había leído ante la insistencia de sus propios hijos, que lo tenían como lectura favorita.

Cuando la conferencia de prensa finalizó, DeVito no dejó de firmar ni uno de los autógrafos, en gorras y libretas, que los pequeños le. solicitaron, y aunque aún quedaban muchas manos alzadas de niños aún no habían hecho su pregunta, soltó su última moraleja: "¿Os acordáis de que, en un momento de la película, la malvada directora del cole dice que ella nunca fue niña?; bueno, pues aparte de que de ahí le podía venir su mala leche, quiere decir que hay que disfrutar de ser un niño para poder ser mejores de mayores. Así que venga", les dijo, "a disfrutar de la edad que tenéis".

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