Prospera la idea de París de un ministro europeo de Exteriores

A cambio del total apoyo francés al refuerzo de Europol para que pueda actuar como verdadero FBI de la Unión Europea (UE), el presidente Jacques Chirac ha arrastrado al canciller Helmut Kohl a su idea de un míster PESC (política exterior y de seguridad común), una suerte de superministro de Exteriores de la UE. La sintonía París-Bonn no es perfecta. El texto lo evidencia al proponer dos opciones: dotar a ese superministro de "una función específica", como desea Francia; o elevar a político el rango del secretario del Consejo de Ministros, hoy un funcionario, dotándole de un adjunto para lo administrativo. Con una u otra fórmula, el mister PESC sería el pivot de la política exterior. La actual troika (presidencias actual, anterior y entrante, junto con la Comisión) quedaría formada por él, la presidencia y la Comisión, en un papel más subordinado.

La propuesta no enerva a Londres, que pretende que la nueva figura represente a los Quince, aunque no tome decisiones. Pero sí choca con el borrador de nuevo Tratado de la presidencia irlandesa, que refleja las posturas de los pequeños países. Éstos temen que un míster PESC muy político y poco ligado a la trama institucional de la UE -aunque subordinado al Consejo de Ministros- obedezca a los grandes y erosione a la Comisión. Por eso, Dublín propugna una troika reforzada bajo la hegemonía de la presidencia semestral, formada por ésta, el comisario de cada área y el secretario del Consejo de Ministros, siempre técnico. Para asuntos especiales, la UE, según Dublín, "podrá designar a un representante especial al que otorgará un mandato". Es la fórmula para Oriente Próximo, con Miguel Ángel Moratinos.

Kohl y Chirac van también más lejos que Dublín en Defensa: pretenden integrar progresivamente a la UEO en la UE y obligar a los países neutrales a una "acción solidaria".