El Gobierno pretende que los funcionarios paguen sus llamadas de teléfono privadas
La vicepresidencia económica del Gobierno, que dirige Rodrigo Rato, ha lanzado un plan de austeridad para poner coto a los elevados gastos de sus 50.000 funcionarios y que pretende ser "el espejo" para el resto de la Administración. El proyecto del PP quiere limitar el tiempo de las llamadas telefónicas oficiales de los funcionarios y cobrarles las particulares. El plan restringe la proliferación de teléfonos móviles de altos directivos y fomenta las comunicaciones por fax, más baratas. El Gobierno piensa que, al controlar teléfonos, fotocopias, periódicos, luz y hasta los sobres, ahorrará 4.000 millones e invertirá "una tendencia despilfarradora".
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