Fáustico o apolíneo
Recientemente, en los periódicos nacionales se hacía referencia a un hecho sorprendente,relacionado con las exigencias / hábitos sexuales de un caballero alemán que, al regreso de sus vacaciones en la isla de Menorca, presentó denuncia en un juzgado alemán de primera instancia para reclamar una rebaja del 20% en su presupuesto (incluida compañera), ya que la habitación, previamente contratada, debería tener cama matrimonial, y fue sustituida, sin preaviso, por dos humildes camitas separadas, cuyo asentamiento en un suelo cerámico altamente resbaladizo impidió el acople de ambas, por falta de seguridad aceptable.Esta penosa circunstancia desbarató al cliente en la realización de sus fantasías amatorias, con el consiguiente cabreo freudiano. Como era de esperar, el juez sentenció el caso con la desestimación de la demanda, por no encontrar agravio justificado a tan singular pro-
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posición. De todo lo dicho se puede intuir una falta de imaginación total por parte del demandante, ya que le hubiese sido fácil encontrar en las librerías especializadas de la isla manuales hinduistas de "prácticas coitivas en espacios reducidos", armoniosas y satisfactorias a su ego particular.
El tema que se plantea en esta carta es importante: representa el contraste entre una mentalidad fáustica, propia de una Europa decadente, con otra Europa apolínea menorquina, que ofrece al visitante la paz de sus bosques de acebuches, sabinas, enebros y pinos; escenario vitalista bellísimo, muy adecuado para la satisfacción ecológica de la libido-
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