Las manifestaciones en Serbia
Ya hace días que empezaron las manifestaciones contra el presidente serbio, Slobodan Milosevic, y su régimen totalitario. Son miles de personas en Belgrado y decenas de miles de ciudadanos en todas las grandes ciudades serbias, donde también el régimen intenta negar la victoria de la oposición en las elecciones locales, las que pro testan no sólo para que se reconozca la victoria de los adversarios de Milosevic, sino pidiendo también su dimisión.Y mientras los estudiantes de Belgrado tiran huevos con tra la televisión serbia y otros medios de comunicación oficia les, las cadenas de televisión españolas, en su gran mayoría, ignoran lo que está sucediendo en Serbia. ¿No interesa porque no hay muertos? ¿O no interesan los vientos democráticos que pueden soplar desde Serbia, el país agresor?
Otra vez se me impone la pregunta retórica: ¿no hubiera sido mejor que la comunidad internacional hubiese hecho algo para liberar los medios de comunicación en Serbia en vez de imponer unas sanciones económicas y satanizar al pueblo, fortificando así el poder de Milosevic? Si en todos estos años de guerra se ha Ignorado tanto, y si se ha permitido que Milosevic, el principal culpable para la sangrienta descomposición de Yugoslavia, todavía siga en el poder (casi como el gran pacificador), hay que darse cuenta ahora de que de los acontecimientos en Serbia depende también el futuro de toda la ex Yugoslavia.
Los cambios democráticos en Serbia son imprescindibles para que, de verdad, se acabe la amenaza de la guerra en los Balcanes. Tanto los Balcanes, en los últimos anos, como Serbia, los últimos días, son el escenario donde se juega el futuro de toda la antigua Yugoslavia, y si quieren, también el futuro de toda Europa.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.