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Una bolsa de 800.000 Jóvenes para afrontar la transición

Miguel González

Más de 800.000 jóvenes están pendientes de incorporación al servicio militar, la gran mayoría de ellos disfrutando de prórroga por estudios.Con esta bolsa, el Ministerio de Defensa podría decidir hoy mismo, como ha hecho Francia, que todos los españoles que no hayan cumplido la mayoría de edad queden exentos de cumplir el servicio militar y aún le sobrarían reclutas para cubrir las necesidades de las Fuerzas Armadas hasta su completa profesionalización en el año 2003.

La diferencia está en que en Francia la objeción de conciencia es un fenómeno marginal, mientras que en España afecta a un tercio de los jóvenes en edad militar y ni siquiera es posible calcular su evolución futura. Sobre todo, tras la decisión del Congreso de reformar la legislación vigente, como mínimo en el sentido de equiparar la duración de la mil¡ (nueve meses) y la prestación sustitutoria (13).

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La experiencia demuestra, además, que los universitarios son los más proclives a declararse objetores y la mayoría de los que disfrutan de prórroga por estudio tienen tal condición. Pretender cubrir las necesidades militares con los 800.000 jóvenes pendientes de incorporación es como transportar agua con las manos: uno no sabe cuánto líquido le quedará al final.

Riesgos contradictorios

El manejo de la transición del reclutamiento forzoso al voluntario presenta dos riesgos contradictorios, ambos de consecuencias muy negativas, que sólo podrán sortearse con extraordinaria habilidad.Si la objeción se generaliza, los cuarteles pueden quedarse vacíos antes de recibir a los soldados profesionales. Si se mantiene o crece a un ritmo moderado, Defensa puede encontrarse al final del proceso con cientos de miles de jóvenes a los que no podrían absorber los ejércitos y a quienes tendría que amnistiar de la mili, lo que supondría una discriminación respecto a los de su misma edad que no pidieron aplazamiento.

La caída de la natalidad provoca una disminución del 5% anual en el número de jóvenes disponibles, pero la reducción de las necesidades militares va a un ritmo superior, el 15% anual.

En estas condiciones, la reducción de la mili a seis meses, prometida por el PP, podría representar una solución, en vez de un problema, para que todos cumplan sus obligaciones militares hasta que desaparezcan.

También podría adelantarse la fecha de entrada en vigor de la exención del servicio militar: si en mayo se situaba la frontera en el 1 de enero de 1984, de forma que los nacidos con posterioridad ya no irían a la mili ahora se baraja el 1 de enero de 1982.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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