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El Gobierno se queda solo al defender en el Congreso su política respecto a Cuba

El mismo Gobierno que logró el pasado lunes en Bruselas una posición común de la Unión Europea sobre Cuba estuvo ayer solo en el Congreso de los Diputados al defender su política. Gallegos, canarios y catalanes, además de socialistas y comunistas, desgranaron, con diversa intensidad, toda una batería de argumentos contra la política del Gobierno respecto a Cuba. Sólo el representante del PP -en una intervención confusa, tal vez porque no la efectuó el portavoz en asuntos de política exterior- aportó algún alivio al Ejecutivo, que estuvo defendido por el ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, al que la oposición elogió por su "moderación" en el conflicto.

La comparecencia de Matutes en la Comisión de Exteriores, a petición propia, alcanzó intensidad nada más abrirse el turno de intervenciones. Antes, el ministro había intentado quitar hierro al conflicto, subrayando los perfiles más favorables al diálogo con La Habana. Matutes presentó la "posición común" de la UE como un intento de reanudar el diálogo con Cuba, tras el fracaso de la negociación que en febrero llevó el comisario comunitario Manuel Marín.Las intervenciones del Bloque Nacionalista Galego (BNG), por boca de Francisco Rodríguez y la de Coalición Canaria, con Luis Mardones, fue ron muy críticas con el Gobierno. Rodríguez habló de "cinismo" al acusar a Cuba de violar los derechos humanos, mientras Mardones calificaba las iniciativas del Gobierno como "diplomacia provocadora". Y cargó contra los "halcones" de la diplomacia española, a los que no llegó a identificar, para concluir: "Nos pueden llamar muchas cosas, pero que no nos llamen colaboradores de los gringos".

Más contundente aún fue Ángeles Maestro, de IU, que calificó el incidente con Cuba como una de las "páginas más negras" de la diplomacia española. La diputada no ahorró calificativos contra el exilio cubano que representa Jorge Mas Canosa, al que llegó a relacionar con el narcotráfico y el asesinato de un periodista en Nueva York que investigaba sus negocios.

Luis Yáñez, portavoz socialista, sugirió, repetidamente, que el Gobierno no ha hecho otra cosa que seguir la política dictada por el Departamento de Estado norteamericano, por medio de su embajador especial para asuntos cubanos, Stuart Eizenstat, algo que irrita profunda mente en Exteriores. Yáñez ofreció al Gobierno la colaboración del PSOE si evita las declaraciones agresivas y habla con la oposición para buscar consenso.

Incluso CiU se distanció del Gobierno, abogó por el diálogo y el consenso de todos los grupos y criticó a los diputados del PP que habían calificado de "inmoral" invertir en Cuba.

La intervención más pintoresca fue la del diputado del PP Manuel Milián Mestre que, además de apoyar al Gobierno, expuso una confusa teoría sobre intereses de terceros en perjudicar las relaciones entre España y Cuba. El diputado, que dijo que no tenía "la menor simpatía por los señores de Miami" y que llegó a emplear el adjetivo "gusanos", afirmó que era sospechoso que Canadá y México aumentaran sus inversiones en Cuba, siendo socios de EE UU en el Tratado de Libre Comercio. Tal vez esconden intereses de terceros, apuntó, indicando posibles intereses de capitales de EE UU ante el cambio político en la isla.

Diálogo sobre Gibraltar

Por otra parte, Matutes informó en el Congreso sobre el estado de las negociaciones entre el Reino Unido y España sobre Gibraltar. Ambos países reanudarán el diálogo el próximo 22 de enero en Madrid, aunque las Posibilidades de abordar el tema de la soberanía de la colonia parecen escasas. Matutes señaló que España mantendrá su política de firmeza respecto al tráfico ilícito que se realiza desde el Peñón. El ministro no quiso pronunciarse sobre el relevo del gobernador general de la colonia, Hugo White, que se retiró por razones personales. El nuevo gobernador, Richard Luce, es un civil, lo que rompe una tradición de gobernadores militares en la colonia, algo que ha disgustado al Gobierno del Peñón.

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