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Una intérprete de inglés asesinada en un solar

Jan Martínez Ahrens

El horror aguardaba en el cerro Almodóvar, un descampado próximo a la estación de ferrocarril de Santa Eugenia. Allí, a las once de la mañana de ayer, fue descubierto por casualidad el cadáver de Beatriz Agredano Lozano, de 21 años. La mujer, intérprete de inglés en una empresa discográfica de Alcorcón, había sido asesinada de un golpe en el cráneo. Al ser encontrado, el cuerpo yacía boca abajo. Llevaba una camiseta negra y un sostén enrollado al cuello. La disposición de la ropa interior apunta a una posible violación, extremo que ayer los forenses aún no habían determinado.La última vez que se vio con vida a Beatriz Agredano fue sobre las 21.30 del miércoles en la estación de cercanías de Vallecas. Hasta allí la habían llevado dos compañeras de trabajo desde Alcorcón.

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"Era una chica normal que nunca se metía en problemas", dice un hermano de la asesinada

VIENE DE LA PÁGINA 1En Vallecas, Beatriz acostumbraba a coger el tren de cercanías (el de las 21.31 o 21.40) con destino a Vicálvaro, donde residía con sus padres y sus dos hermanos. Su cadáver, sin embargo, fue descubierto cerca de la estación de Santa Eugenia (una parada antes), en un descampado situado a unos 800 metros.

La policía baraja la posibilidad de que la mujer se apease, por error o forzada, en Santa Eugenia y luego fuese arrastrada hasta el solar donde se halló su cuerpo. También se sospecha que el asesino pudo raptarla en la misma estación de Vallecas y llevarla en coche hasta el cerro.

Ante estas incógnitas y dada la posibilidad de que alguien la viese en el trayecto o al salir de la estación de Santa Eugenia, la policía y la familia hicieron pública una solicitud de colaboración ciudadana. Para ello facilitaron el teléfono del Grupo de Homicidios de la Policía Judicial que investiga el caso (532 55 05). La mujer vestía pantalón marrón de pana, jersey gris de pico sobre una camiseta negra, cazadora acolchada negra y bolso marrón de tela. Beatriz, morena, de ojos verdes, medía 1,67 metros.

"Era una chica normal que ni bebía ni se metía en problemas. Salía poco y con sus amigas", afirmó su hermano, de 18 años. Él fue quien, a las 14.00 de ayer, presentó la denuncia por su desaparición en la comisaría de San Blas. Y fue entonces cuando le comunicaron que la descripción que facilitaba de su hermana correspondía con la del cadáver hallado en Santa Eugenia. Posteriormente, la familia se dirigió al Instituto Anatómico Forense para reconocer el cuerpo.

Con la identificación se confirmaban las más funestas sospechas de los parientes de Beatriz. Ya la misma noche de su desaparición se habían movilizado e incluso habían acudido a la comisaría de San Blas para presentar denuncia. La policía no la aceptó por no haber transcurrido 24 horas de la desaparición.

Beatriz había empezado a trabajar en la empresa de publicidad de Alcorcón hace un año, tras una estancia en el Reino Unido. En la empresa combinaba las tareas de despacho con las de intérprete de inglés.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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