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La tensión en la isla amaina pese a que continúan las criticas

Los momentos de tensión que han vivido en los últimos días las relaciones hispano-cubanas comenzaron ayer a remitir en La Habana, donde poco a poco se va imponiendo la serenidad y la calma. La situación frente a la misión diplomática española, que el martes llegó a ser de gran tensión, tiende a normalizarse, y muestra de ello es que en las últimas horas se redujo el dispositivo policial que protege la zona. De la misma forma, en medios diplomáticos se aprecia una voluntad por ambas partes de reducir las tiranteces.

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Miguel Alfonso, el portavoz del ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, declaró ayer que el momento actual era de "tranquilidad", después de 48 horas de retirarse el plácet al embajador español, José Coderch, y que la diplomacia cubana no estaba interesada en que se produzca un incremento de las tensiones. "Hemos tomado nota de la la disposición de las autoridades españolas de no desear una escalada en la situación. Desde el Gobierno cubano, se tiene igual disposición", dijo.Alfonso aclaró que ésta era la posición oficial del gobierno cubano, independientemente de las declaraciones que puedan realizar otros dirigentes políticos cubanos, como la s del presidente del parlamento, Ricardo Alarcón, o los artículos que puedan aparecer en el periódico comunista Granma.

Alarcón denunció ayer de nuevo, desde Santiago de Cuba, las posiciones "injerencistas" del Gobierno de José María Aznar, y reiteró que las acciones del Ejecutivo español que "motivaron" la retirada del plácet a Coderch constituían "una capitulación de España frente al imperialismo yanqui" y una inadmisible "actitud provocadora" de Madrid. Granma, por su parte, publicó ayer un extenso artículo sobre la Fundación Hispano-Cubana, en la que se critica duramente al ejecutivo español por su apoyo a ésta.

Preguntado por EL PAÍS sobre esta diversidad de actitudes entre las autoridades cubanas, Miguel Alfonso aseguró: "La posición de la cancillería cubana está clara. Hay un espíritu de que éste es un asunto que ha llegado a un determinado nivel, y no hay ningún interés en fomentar una escalada"- Alfonso no quiso comentar el apoyo del primer ministro británico John Major a la s posiciones españolas y dijo que, si otros países europeos decidían hacer lo mismo, Cuba no se extrañaría.

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"La línea política cubana ha sido absolutamente meditada y analizada, y obviamente sabemos que en determinados contextos puede haber solidaridad entre los que piensan, si no igual, de forma similar". "Por eso", dijo Alfonso, "podemos esperar nuevas manifestaciones de solidaridad".

Fuentes diplomáticas españolas coincidieron ayer en que la crispación y la turbulencia que marca las relaciones hispano-cubanas desde que el Gobierno de La Habana decidió retirar el plácet a José Coderch, tienden a amainar en las últimas horas.

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