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Dos millones de trabajadores llamados a la protesta

Al paro general de la función pública contra la congelación prevista para 1997 están convocados la mayoría de los empleados públicos españoles. Pero no todos, porque los empleados de empresas públicas o entes no forman parte de la función pública como tal. En ese caso se encuentran los empleados de Renfe, los del Metro o las empresas de transporte municipales, o las que aglutinan la actividad minerometalúrgica, que han decidido no parar mientras están inmersos en sus procesos de negociación interna.En toda España están llamados a la huelga dos millones de personas. En las movilizaciones, el grueso que estará al frente de las protestas serán los más de un millón y medio de funcionarios que constituyen el personal que engloba a las tres administraciones, tanto los que pertenecen a la central, como a la local y a la autonómica.

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Pero funcionarios no son sólo los trabajadores de los ministerios o ayuntamientos. También lo son los bomberos, los técnicos de carrera media, los inspectores de Hacienda de la administración central, los carteros, las enfermeras, los profesores de EGB (maestros), de Instituto o Universidad, o los empleados de Juzgados, por ejemplo.

La movilización también contará con el personal dependiente de la Administración de Justicia y todos los funcionarios afectados por el artículo 17 del anteproyecto de presupuestos, que establece la congelación para las empresas que reciben subvenciones estatales, como la Fábrica de Moneda y Timbre, el Banco de España, el Boletín Oficial del Estado, la Agencia Efe, los aeropuertos, los entes de radiotelevisión, tanto centrales como autonómicos, y Retevisión. También están llamados los enseñantes de educación privada concertada.

Los no convocados

Ayer, por su parte, se decidió no extender el paro a la red de puertos del Estado, que inicialmente debían participar en la huelga. La convocatoria no afecta a las empresas públicas, que se rigen como una sociedad anónima y un estatuto distinto al de la función pública, y a transportes públicos. Así ocurre con Renfe, el Metro de las grandes ciudades como Bilbao, Valencia, Madrid y Barcelona, al igual que las entidades municipales de autobuses.

"Estas federaciones han estimado que ahora no es el momento de parar porque su negociación es diferente, lo que no significa que no vayan a hacerla en adelante", afirmó el secretario de acción sindical de CC OO de la función pública, Enrique Arnau.

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