El supuesto agresor y su hermano buscaron refugio en el depacho del director

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Tras la puñalada, tanto el agresor como su hermano Javier, de 16 años, salieron huyendo hacia su instituto y no pararon hasta encontrar refugio en el despacho del director, donde les quitaron el cuchillo y les entregaron a la policía.

Carlos, después de pasar por el ambulatorio de San Blas, fue trasladado en una UVI móvil del 061 al hospital Ramón y Cajal. Su estado era muy grave. Anoche, aunque no se temía por su vida, permanecía en la unidad de cuidados intensivos. La policía custodiaba su puerta.

El agresor también requirió tratamiento médico: siete puntos de sutura en la cabeza. Luego fue conducido a la comisaría de San Blas. Además de los dos hermanos, la policía detuvo por su presunta participación en la reyerta a Said Carlos M. G., de 17 años; José Ángel M. G., de 19, y Francisco Luis P. G., de 17.

La pelea, siempre a tenor de la primera versión policial, nació del encono entre los alumnos Said y Javier. La causa de sus desavenencias permanecía ayer entre sombras, aunque de las primeras declaraciones de los detenidos se desprende un motivo pueril. "Dicen que uno era muy chulo y que el otro le miró mal, pero no está claro; de momento sólo sabemos que no había una causa delictiva", dijo una fuente de la investigación.

Empujados por esta rivalidad, ambos jóvenes se enfrentaron la semana pasada. Esta pelea, sin embargo, quedó a medias, por lo que los contrincantes decidieron citarse para el martes en la avenida del 25 de Septiembre, en las cercanías de su instituto. Cada uno llegó acompañado de unos cuatro amigos. Algunos, como el herido, no pertenecían al centro estudiantil. Eran las 10.40.

Tras los primeros insultos, la pelea subió de tono y los dos grupos se enzarazaron a golpes. Las navajas salieron a relucir. En esta espiral de violencia, Juan Pedro, hermano de Javier, asestó supuestamente una cuchillada a Carlos. Este ataque desencadenó la cólera de los amigos del herido, quienes se lanzaron contra el agresor y su hermano Ambos salieron huyendo hacia el despacho del director.

La policía, que no da por terminadas las capturas, ha decidido mantener vigilado el instituto para evitar nuevos estallidos de violencia. Este periódico trató ayer sin éxito de recabar la versión del director del centro.