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Tribuna
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El croata, pletórico

Luis Aragonés. Luis ocupó otra tumba en el cementerio de los entrenadores. Tan sólo dos meses y medio fueron suficientes para perder el reconocimiento que con tanto esfuerzo se había ganado en Valencia. El acuerdo adoptado por el consejo de administración y el propio Luis seguramente era el más acertado después de tanta tensión. Se fue con dignidad y la credibilidad inestimable de sus jugadores.Precipitación. El Madrid comenzó el partido con demasiadas prisas. La excesiva precipitación en su juego le hacía perder el balón con rapidez. Cuando parecía que las cosas se le complicaban con el gol del Valencia, dos precisos envíos de Seedorf acabaron con un tocado Valencia. Aunque a rachas demostró que lo de Sevilla tiene continuidad.

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Estímulo. El gol del Valencia llegó por un buen envío entre la defensa que no pudieron cortar los centrales. Casi le hubiera venido mejor no marcar. Hasta ese momento el Madrid no había inquietado nada. El gol de Karpin le sirvió de estímulo. En las dos jugadas siguientes, dio la vuelta al partido. Los valencianos acabaron perdiéndose en la telaraña de Capello.

Con tiempo. El Valencia controló el balón durante una gran parte del encuentro. Le faltó profundidad y casi no inquietó a Illgner. El repliegue del Madrid le cerró todas las vías de penetración. Valdano tendrá que recuperar la solidez y el ánimo de sus jugadores. Dispondrá del tiempo y de los recursos necesarios para restablecer el puesto que cabe exigirle al Valencia.

Juego, goles y liderato. Todo en el mismo partido. La afición del Madrid estaba con ganas de ver cómo su equipo ganaba con claridad, jugaba bien y además conseguía adelantar al Barcelona en la clasificación. Suker, pletórico, acorta distancias con Ronaldo. Mijatovic no pudo marcar a su ex equipo y Raúl hizo un gol de los que avalan la clase de un gran jugador. El próximo partido en el Bernabéu será emocionante.

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