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FÚTBOL 14ª JORNADA DE LIGA

Salinas se aprovecha del Extremadura

Benito Floro salvó un compromiso importante y despejó las dudas sobre un amago de crisis. El tambaleante recorrido del Sporting necesitaba un punto de apoyo y Almendralejo apareció ayer como área de servicio apropiada para repostar. Porque el Extremadura refrendó su ingenuidad ofensiva, perdonó hasta la saciedad y terminó pagando cara su insuficiencia ante el gol.Floro presentó un encuentro con un referente tan lógico como cruel para el espectáculo. Guiado por esa máxima de que el barómetro del fútbol son los resultados, convalidó la supuesta estética de su equipo por un sentido más práctico. Enfrente, el Extremadura quiso ser fiel a sí mismo y agasajó a la grada con un fútbol vistoso, desinhibido. Y rompió al Sporting con una facilidad exultante. Con Pedro José de generoso guardaespaldas, Duré perturbó una y otra vez a la banda de la defensa asturiana. Ferreira y Quique Estebaranz, con una lectura vertical del juego, contribuyeron a desquiciar aún más al equipo de Floro. El Sporting fue un clamor de nervios, conjeturas y lentitud. Su primer disparo bajo los palos se produjo en el minuto 38. Para entonces, los locales, empapados de esa ingenuidad que les caracteriza, habían desaprovechado hasta cuatro clarísimas ocasiones de gol.

Con el descanso, el Sporting recuperó las ideas. Retomó el fútbol de pespunte, la defensa respetó el balón, las bandas se abrieron con lógica y su juego adquirió consistencia. Oliete había frenado a Duré y el Extremadura se quedó sin oxígeno y sin ideas.

El partido se desequilibró en dos minutos. Salinas, que había asistido al espectáculo desde la atalaya, se decidió a bajar al campo de batalla. Allí exhibió sus recursos más característicos y letales; primero, dentro del área, clavando el cuerpo, contorsionando la figura de espaldas al portero, cobijando el balón con los pies y resolviendo en un rápido giro; después, descolgándose hacia el centro del campo, recuperando un balón perdido por los locales, enfilando puerta y ajustando por bajo. Ahí se acabó el partido. El Extremadura se quedó perplejo y desorientado. El generoso esfuerzo realizado hasta entonces no sirvió para nada. De la esperanza se pasó a la zozobra. La historia se repitió una vez más.

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