_
_
_
_
FÚTBOL 14ª JORNADA DE LIGA

Vuelve la mística a San Mamés

El Barcelona pierde su primer partido, superado por el coraje y la garra del Athletic

Santiago Segurola

Volvió la mística a San Mamés Volvieron el corazón y la electricidad al viejo estadio bilbaíno, escenario de incontables batallas. La última se libró ayer, en medio de la lluvia y el barro como es de rigor. Del combate salió ganador el Athletic, que ha recuperado el orgullo perdido. Después de un primer tiempo frío y táctico, el Athletic se lanzó contra el Barça con el coraje de sus jugadores y el griterío de la hinchada. El Barça no encontró argumentos futbolísticos para cuidar su gol, jugó de manera difusa y se vio sometido a un partido con una tensión extraordinaria, un duelo que se decidió a la antigua, con goles de fotos sepia, como lo pedía una noche sin artificios, una noche que provoco el delirio en La catedral.El duelo discurrió en la primera parte por debajo de las expectativas, que eran enormes en Bilbao. Pero esta vez Luis Fernández confundió los términos. Equivocó la función de los hombres. Puesta en la tablilla, la alineación del Athletic prometía una carga desesperada, todos delanteros a la caza del gol. Pero la realidad fue diferente. Etxeberria, que es un patrullero del área, gastó la noche confinado en la banda derecha, ajeno a sus condiciones naturales, como perseguidor de Sergi. En la izquierda, Ziganda se debatió en la duda existencial de buscar la portería o sostener las escapadas de Luis Enrique. Y poco a poco, un equipo destinado para atacar se convirtió en un equipo vigilante, con demasiados futbolistas fuera de sus querencias naturales, con dificultades para encontrar el balón y con escasas posibilidades de alcanzar el área.

Más información
'La catedral' sale ganando
Los dos bandos esgrimen sus méritos

El Barca no ofreció nada deslumbrante, pero tuvo más peso durante todo el primer tiempo. Su autoridad fue indiscutible. Se sintió más seguro en su papel que el Athletic y sacó el rendimiento adecuado a su posición dominante. No tanto por las ocasiones que generó, ni siquiera por la amenaza latente de sus delanteros. Ronaldo pasó desapercibido por San Mamés y no pudo quejarse de malos tratos.

En los partidos tacaños de oportunidades, el gol se cotiza carísimo. El Athletic tuvo una ocasión espléndida -Corino se encontró con la pelota en rechace y eligió un tiro violento que fue de palo a palo- y el Barça hizo un uso perfecto de su oportunidad en el primer tiempo. Un gol clásico de Abelardo, siempre oportuno para rematar los tiros de córner. Se levantó con majestad, sin la oposición de ningún adversario, y dejó la pelota en la red. De alguna manera, el Barcelona sancionaba su autoridad.

El Athletic perseguía sombras en una noche que se le escapaba. Fue entonces cuando el árbitro intervino o dejó de intervenir para provocar la irritación de la gente, que se metió en el partido por esa vía imprevista. Y el Athletic, también. De la irritación surgió la chispa que desencadenó la heroica rojiblanca.

Un huracán

Con la vieja mística, el Athletic entró en la segunda parte como un huracán. Al galope, cambió el orden del juego. El Barça, que había vivido en la comodidad, se incomodó y perdió la pista al partido, que se volvió intenso y bravo, sin artificios, pero con una vena intrépida.

La conexión entre el equipo y su gente produjo el milagro en las filas rojiblancas. Pero también hubo datos futbolísticos que explicaron la apasionada reacción del Athletic. Con un juego largo y tenaz, consiguió vivir de los rechaces y fijar posiciones. Etxeberria, que no había sido ni carne ni pescado, comenzó a buscar la pelota donde quiso, cerca del pico del área, donde explotó su velocidad y su regate. Se cambiaron los papeles: esta vez los problemas fueron para Sergi. El cambio de Urzaiz por Bolo también modificó algunas cosas. Bolo, un jugador de poca clase pero obediente, empezó a mover a los centrales del Barca, que perdieron el sitio. En realidad, cada línea azulgrana sentía los desajustes. Y lo que comenzó a toque de cometa, acabó en tromba. Lo más decepcionante del Barça es que no encontró respuestas para sostener la carga del Athletic. Se volvió a ver un equipo indefinido, poco trabajado en el aspecto táctico, mal puesto en muchos momentos sobre el campo. Y si además resulta que es impresionable, en Barcelona hay motivos para la preocupación.

El Barça se fundió ante la propuesta firme del Athletic. A la antigua, entre el barullo y el barro, marcó José Mar¡ el gol del empate. El Athletic se había ganado la mitad del cielo y quería más. Enfrente tenía un equipo desorientado, roto en el centro del campo, donde el liviano Alkiza tomó vara de mando con clase y carácter. Orgullo hubo en todos. Era el viejo Athletic de la, épica. Por ahí se había enganchado al partido y por ahí siguió hasta el final. El encuentro viró definitivamente a rojiblanco. San Mamés era un clamor porque el gol se anunciaba. Y llegó. Otra falta, otro rechace y el tiro violentísimo de Guerrero.

El último trecho fue desgarrador. El Barca entró al cruce y se echó desesperadamente sobre el área del Athletic. El gol también era posible. En medio del combate, Ronaldo apareció para cabecear un centro de Figo. El palo rechazó el remate y finiquitó la noche para el Barca.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_