Francia obligará a los delincuentes sexuales a someterse a tratamiento al dejar la cárcel

Los delincuentes sexuales serán condenados, en Francia, a una doble pena: la tradicional de prisión, y una nueva "pena de tratamiento" sumada a la anterior, que podrá durar hasta 10 años. Esa es una de las innovaciones contenidas en un proyecto de reforma del Código Penal presentado ayer por el primer ministro, Alain Juppé, con el objetivo de "proteger a las víctimas, sobre todo a los niños, reduciendo el número de reincidentes". Otra de las novedades, muy polémica, es la del levantamiento del secreto profesional para los médicos que atiendan a los delincuentes sexuales.

Según el anteproyecto de ley, la "pena de tratamiento" consistirá en la obligación, por parte del condenado, de "someterse, bajo el control del juez de aplicación de penas, a medidas de vigilancia y asistencia que comportarán sobre todo un tratamiento". Esa pena comenzará el mismo día en que el condenado salga de prisión por haber cumplido la parte estrictamente penitenciaria de la sentencia. Si no se somete al tratamiento, vuelve a la cárcel: por dos años si cometió un delito (abusos sexuales, por ejemplo), por cinco años si cometió un crimen (violación, por ejemplo). La duración del seguimiento psiquiátrico. será de cinco años como máximo en caso de delito, y diez años como máximo en caso de crimen.

Reincidencias

Entre otros objetivos, la reforma legal francesa intenta acabar con una paradoja. Los delincuentes sexuales tienen actualmente derecho a remisiones de pena y, cuando salen anticipadamente de la cárcel, se les impone un tratamiento. Los criminales sexuales deben, por el contrario, cumplir por completo los años de cárcel impuestos por la sentencia del juez Pero, una vez salen de prisión quedan libres de todo control.Según distintas experiencias desarrolladas en Francia y Canadá, el tratamiento psiquiátrico posterior a la condena permite reducir a la mitad los casos de reincidencia.

Sin tratamiento, reinciden el 5% de los padres incestuosos, el 15% de los violadores de mujeres y hasta el 25% de los pedófilos. Ese alto número de reincidencias en las agresiones sexuales cometidas contra niños fue, según Alain Juppé, uno de lo factores que hicieron nacer el anteproyecto de ley.

La reforma del Código Penal impulsada por el Gobierno francés implica la posibilidad de malentendidos y abre interrogantes éticos. Por ejemplo, puede inducir a pensar que es posible "curar" a los delincuentes o criminales sexuales. No hay "curación", salvo quizá en algún caso excepcional.

"Dejar pensar que hay soluciones terapéuticas para los enfermos delincuentes sexuales es peligroso, incluso para el orden social. A veces, con suerte, conseguimos tratar la enfermedad, pero nunca curarla", ha declarado al rotativo Libération el doctor Michel Reynaud, médico especializado en criminalidad sexual.

¿Para qué servirá entonces el seguimiento psiquiátrico? Oficialmente, para ayudar al paciente a controlarse. Queda claro, sin embargo, que el médico tendrá también una función policial, ya que se le considerará eximido del secreto profesional y deberá informar al juez constantemente acerca de sus pacientes potencialmente peligrosos. Esos pacientes podrán ser internados en hospitales psiquiátricos. Algunas asociaciones médicas subrayan los problemas éticos que puede suscitar la futura ley.

Por otra parte, como admitió ayer el propio primer ministro, la iniciativa legal procede del Ministerio de Justicia, no del Ministerio de Sanidad. La filosofía es represiva, no terapéutica.

Y existen dificultades prácticas. La principal, que en Francia hay pocos psiquiatras especializados en criminología sexual. En el Ministerio de Sanidad, que deberá hacerse cargo de la infraestructura para atender a los salidos de prisión, no se ha habilitado presupuesto para ello. Se calcula que los pacientes serán unos 1.500 por año, y que en una década se habrán acumulado 16.000.