_
_
_
_
NECROLÓGICAS

Alger Hiss, diplomático acusado de espionaje

Alger Hiss, brillante diplomático y abogado formado en Harvard, que fue convicto de perjurio en un caso de espionaje que se convirtió en uno de los grandes misterios de la guerra fría, falleció el pasado viernes en Nueva York a los 92 anos de edad.En un caso que fue una de las bases de las que surgió el mcarthismo, Hiss fue acusado de haber sido un espía comunista mientras trabajaba en el Departamento de Estado. A lo largo de una serie de sesiones en una comisión del Congreso y dos juicios ampliamente seguidos por el público, se enfrentó a Whittaker Chamber, director de la revista Time, anticomunista furibundo y agente soviético en otros tiempos. Las pruebas aportadas fueron tan rocambolescas como el caso. En 1950, Hiss fue condenado por perjurio y cumplió 44 meses de prisión. Desde que salió dedicó el resto de su vida a limpiar su nombre. Mientras tanto, el caso se convirtió en una fuente de fascinación para los partidarios de las teorías de la conspiración y los investigadores de oscuros intereses ocultos.A su muerte, la opinión continúa dividida. Para unos, sigue siendo un Idealista volcado en la política de Roosevelt del New Deal, cuya carrera fue arruinada' para desacreditar esta política. Para otros, fue un traidor, cuyo procesamiento demostró la penetración comunista en el Gobierno estadounidense.

Nacido en Baltimore el 11 de noviembre de 1904, Hiss se graduó en Derecho por la Universidad de Harvard, en la que fue alumno y colaborador del profesor Félix Frankfurter. A instancias de éste, se incorporó a la Administración de Franklin D. Roosevelt, en la que trabajó en los departamentos de Agricultura, de Justicia y, a partir de 1936, en el Departamento de Estado. Acompañó a Roosevelt a la conferencia de Yalta y fue uno de los promotores de las Naciones Unidas.

Las acusaciones contra él salieron a la superficie en agosto de 1948, cuando Chambers, convertido en ferviente anticomunista después de haber abandonado el Partido Comunista en 1938, denunció espontáneamente la existencia de una organización clandestina destinada a instalar comunistas en el Gobierno, a la que, según Chambers, pertenecía Hiss.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_