Unión Fenosa reclama más de mil millones por el trasvase de Picadas
La compañía eléctrica Unión Fenosa reclama más de mil millones de pesetas por la pérdida de negocio que le ha supuesto la construcción del trasvase desde el río Alberche a la red de abastecimientos de Madrid, ejecutado urgentemente durante la sequía de 1993. El Consejero de Hacienda y presidente del Canal de Isabel II, Antonio Beteta, no reconoce la deuda, por lo que las partes dirimirán el litigio en los tribunales.
Este trasvase desde el río Alberche a Madrid fue un recurso de emergencia ante la sequía que amenazaba a los casi cinco millones de personas que abastece el Canal de Isabel II. Es el segundo de los construidos a toda prisa para salvar a Madrid de la amenaza de restricciones. El primero fue resultado de un apremio que costó el puesto al ministro de Obras Públicas Jorge Vigón, destituido por Francisco Franco al poner en riesgo los abastecimientos de la capital.En mayo de 1992, las reservas de agua en la región eran tan escasas que se vio forzada a imponer restricciones para baldear calles, el llenado de las piscinas y el riego de jardines privados. Estas restricciones se hicieron extensivas al consumo en varias poblaciones de la sierra al año siguiente. Debido a la prolongación de la sequía en toda la mitad sur, un año después el Consejo de Ministros decidió declarar varias obras de emergencia en todo el territorio nacional para intentar mitigar las fortísimas restricciones de agua que pesaban sobre la mitad sur del país (12 horas en Sevilla, al poco de clausurarse la Expo).
Tiempo récord
En la capital, la obra de emergencia más singular fue el tendido de una segunda conducción desde el embalse de Picadas al de Valmayor, por la que se derivarían 100 millones de metros cúbicos anuales a la red del Canal. En un tiempo récord, la media docena de constructoras nacionales entrenadas en la fabricación e instalación de grandes tuberías conectaron ambos embalses por un tubo de 32 kilómetros que costó 10.000 millones, 2.000 más de lo presupuestado. Todo, con cargo a la Comunidad y pagadero en un periodo de 25 años. En noviembre de ese mismo ano ya funcionaba.
Con tanta falta de agua y tantas prisas por resolver la escasez, los promotores de la obra -el antiguo Ministerio de Obras Públicas, hoy de Fomento- no tuvieron en cuenta a un tercer protagonista involucrado en el trasvase: Unión Fenosa, la compañía eléctrica que heredó los derechos de concesión para el aprovechamiento del Alberche aguas abajo de Picadas.
Desde que comenzó a derivarse agua a Madrid de este afluente del Tajo, Fenosa consideró que se lesionaban sus derechos concesionarios. La derivación mermaba la posibilidad de turbinar y generar energía hidroeléctrica, amén de otros perjuicios en una cuantía que evalúa por encima de los 1.200 millones. El gerente del Canal de Isabel II, Ricardo Domínguez, afirma que la empresa de abastecimientos no tiene nada que ver en este litigio, ya que los trasvases están amparados por una concesión de la Confederación Hidrográfica del Tajo donde no se establecía ninguna limitación ni ningún tipo de compensaciones a los posibles titulares de otras concesiones afectadas.
José Antonio Llanos, presidente de la Confederación, ha confirmado el reconocimiento de la deuda, pero, tanto la Confederación Hidrográfica como el propio ministerio y la Comunidad -que ostenta la presidencia del Canal de Isabel II- discrepan en su valoración, por lo que serán los tribunales quienes diriman su cuantía.
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