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FÚTBOL 13ª JORNADA DE LIGA

El Atlético mantiene su progresión

El equipo de Antic tuvo momentos espléndidos, pero se complicó la vida ante el Espanyol

Santiago Segurola

El Atlético, que tuvo momentos espléndidos, se metió en problemas por su mala cabeza. Después de poner una renta suficiente y de sacar lo mejor de su fútbol, se echó a dormir, un acto de irresponsabilidad que pudo resultarle nefasto. Ganó entre el nerviosismo del equipo y su gente, pero antes se había trabajado la victoria con un fútbol meritorio, de gran clase en algunos momentos, en la mejor versión de un equipo que se niega a dimitir de la pelea por el título.El partido atravesó todas las fases posibles. Salió distendido, se volvió trabado, permitió varios contragolpes del Espanyol, aceptó la recuperación del Atlético, y vuelta a empezar. La tarde fue emocionante porque se hacía imposible adivinar el curso que tomaría el juego. Quizá porque el frío era muy intenso, los dos equipos corrieron demasiado. Y los que acostumbran a frenar y a inventar no estuvieron cómodos en el primer tiempo. Especialmente Kiko, que estuvo lejos de sus prestaciones habituales. Metió un par de pases interesantes en los primeros, minutos, pero luego se atascó. A Kiko le faltó frescura y por ahí sufrió el Atlético hasta la segunda parte.

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Como Kiko es el barómetro de su equipo y el chico no andaba fino, al Atlético le echó en falta, aunque el equipo siempre empujó, especialmente por la banda derecha. Fue la única vía de salida durante la primera mitad. Por allí circularon Geli y Caminero, y por allí se volcaba la pelota constantemente, hasta que el Espanyol se dio por avisado. El partido comenzó a ensuciarse con choque y balón dividido, cosa que favoreció los intereses del Espanyol. En medio del espeso tráfico en el medio campo, el Espanyol sacó tiempo para tirar algunos contragolpes con Benítez y Lardín como protagonistas. Benítez estuvo particularmente activo: un jugador veloz, de excelentes maneras, directo como un tiro.

Desactivar a Benítez resultó complicado para los defensores del Atlético, pero Molina encontró todos los remedios para detenerle. Molina fue el mejor de su equipo en la primera parte, por lo que hizo y por lo que adivinó. Tapó a Arteaga en un mano a mano, cerró con inteligencia la llegada y el tiro de Benítez y actuó con diligencia en todos los balones largos que lanzaba el Espanyol. Allí estaba Molina, un libero de marca para adelantarse a las acciones de los delanteros rivales.

,Durante un largo trecho pareció que el Espanyol se encontraba en la situación ideal: un partido sin dueño y con posibilidad para buscar las contras. Pero el Atlético de Madrid tiene corazón. Si le falta juego, se exprime para presionar, para recuperar la pelota, para atacar, para descorazonar a sus adversarios, que no tienen tregua. Así volvió a equilibrar el partido en los últimos minutos del primer tiempo, que terminó con una jugada espléndida de Geli, Caminero, Simeone y finalmente Pantic, que giró y cruzó la pelota, pero Ton¡ sacó el pie y la desvió.

Después de una búsqueda incesante por la banda derecha, el Atlético encontró la solución a sus problemas por la izquierda. En el primer minuto del segundo tiempo, Toni conectó con Esnáider, que se fue con elegancia de Cristóbal y cedió hacia atrás, donde Pantic amagó y Caminero remató. Un gol típico de Caminero, de los llegadores listos que se infiltran entre líneas y sorprenden a todo el mundo.

El gol cerró un partido y abrió otro. El Atlético se abrió de capote para mostrar lo mejor de su repertorio. Fueron momentos de juego rápido y preciso.- Los jugadores tocaban y la gente se volvía loca. Se juntaron Caminero, Kiko, Pantic, Simeone y Esnáider, con la pelota veloz, tac tac, y la defensa confundida. El Atlético, que había resuelto sus problemas desde la pujanza, disfrutaba ahora del fútbol.

El segundo gol se anunciaba, y no tardó en producirse, según el libreto rojiblanco, naturalmente. Santi interceptó un ataque del Espanyol y salió como un balín. Entre medias, Pantic tocó para Kiko, que metió el pase diagonal para Simeone. No lo alcanzó Simeone ni Herrera, pero por detrás entró Santi sin nadie que le siguiera. Y Santi resolvió con mucha propiedad. Un tiro cruzado, ni brusco ni suave, que significaba su primer gol como futbolista del Atlético.

Sin embargo, el segundo gol hizo más por el Espanyol que por el Atlético. En la siguiente jugada, Solozábal midió mal su salto- y permitió un remate limpio de Benítez, que se llenó de balón y lo lanzó fuera. Nuevamente Benítez tuvo el gol tras un error de Bejbl, pero su tiro volvió a salir desviado. Y entre cambios, ocasiones falladas por el Espanyol y el notable despiste del Atlético, el partido cambió de rumbo. Más todavía cuando Benítez (1,70 y 70 kilos) ganó por coraje un balón dividido a Bejbl (1,85, 85 kilos). Así nació el gol del Espanyol, concretado por Javi. Y un partido que parecía apacible para el Atlético se convirtió en un problema muy serio. Un problema por la mala cabeza del equipo, que arregló el asunto como pudo, entre la angustia de la hinchada y los nervios de los jugadores.

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