La gran mentira

Es evidente que las guerras son planificadas y diseñadas con el objetivo de ganar dinero, es decir, como un negocio que reporta extraordinarios beneficios a través de la venta de armamentos y componentes militares.Las guerras son diseñadas por hombres de negocios, cuya ideología y religión fundamental es ganar el máximo dinero posible. Estos negociantes son adictos al dinero, son adoradores del dinero hasta el punto de que la vida de un ser vivo les importa un comino.Constituyen una hermandad internacional bien organizada que utiliza a los políticos y a los militares como peones de sus macabros intereses. Son personas corrientes y molientes que van al teatro, al fútbol o al bar de la esquina; son, a su manera, honrados padres de familia, aunque a la hora de hacer negocios ya se sabe: el dinero es el dinero.

Son muy listos y han conseguido que los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU sean, junto con Alemania, los principales exportadores de armas del mundo: China, Francia, Reino Unido, Estados Unidos y Rusia. Mientras tanto, y para acallar nuestra mala conciencia y alimentar nuestra pereza habitual, inundan nuestras vidas con drogas, alcohol, sexo, culebrones, revistas del corazón y fútbol, mucho fútbol. Ante este panorama, la reflexión es obvia. ¿Hasta cuándo permitiremos esta situación; cuándo crearemos la ONU democrática y realmente representativa y un Consejo de Seguridad más amplio, eficaz, no armamentista y sin derecho a veto ... ?.