Va por Marino
Invicto. El encuentro se presentaba muy atractivo. El equipo menos goleado contra el que posiblemente realiza el mejor juego de ataque. Tras el empate del Madrid y el Barcelona, el Deportivo no pudo aprovechar la oportunidad de auparse a la cabeza. No obstante, consiguió lo que nunca antes había logrado, 12 jornadas consecutivas invicto.Con más ambición. La temprana y desgraciada lesión de Martín Vázquez más la venganza de Madar, que motivó su expulsión, le puso muy complicado el partido al Deportivo. Demostró una vez más por qué es el equipo menos goleado. Buscó la victoria con gran ambición a pesar de estar con 10 casi todo el partido. Donato lo intentó desde todos los lugares y posturas. Casi lo consiguió al final.
Poco inspirado. Nunca se sabe si jugar mal es producto de un mal día o que el contrario no te deja hacerlo de otra manera. El Tenerife, poco inspirado ayer, se chocó una y otra vez contra el muro defensivo que tenía enfrente. A su favor, que ninguno de los tres grandes pudo con él.
Desconocido. Un Tenerife desconocido demostró no tener ningún interés por ganar el encuentro. Muy lento en sus acciones, se limitaba a intentar mantener la posesión del balón. La inferioridad numérica del Deportivo no produjo ninguna motivación extra en los isleños. Dos únicas ocasiones a punto estuvieron de darle un inmerecido triunfo.
Marino. La FIFA y las lesiones nos impidieron ver este choque bajo circunstancias reales, igual que otros muchos de esta jornada. La ausencia de jugadores importantes desvirtuó lo que podía haber sido un gran encuentro. Los que estuvieron, lo aprovecharon para complicarles las alineaciones a los entrenadores. Y también, Marino, que encontró en la portería la oportunidad de su vida. En La Coruña se acordarán de él cuando en Tenerife regrese al olvido. Este empate va por él.
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