Caminero se llenó de piropos en su regreso
Un mes después, volvió Caminero. Y en su regreso se llenó de piropos. Se los lanzó el dueño del club, Jesús Gil. Se los lanzó el entrenador, Radomir Antic. Y se los lanzaron sus propios companeros. El caso es que el futbolista madrileño, que no habló (desde el verano no realiza declaraciones) cumplió en su vuelta: marcó un gol y dibujó alguna que otra acción de mérito."Estuvo mejor de lo esperado", dijo Antic. "Estábamos esperando su reaparición", añadió, "y su actuación ha demostrado por qué. Fue una reaparición inmejorable, que le va a ayudar muchísimo". Sus companeros no se quedaron atrás. "Caminero es importante siempre", afirmó Esnáider. "Cami viene demostrando su calidad hace tiempo", comentó Kiko, "y para el Atlético es una vía de ataque muy buena".
La visita del Oviedo le sirvió al Atlético, además de para celebrar el regreso de Caminero, para romper una mala racha, la de los penaltis fallados. Tres llevaban lanzados los rojiblancos en lo que iba de Liga y ninguno había acabado en gol. El Atlético tiró ayer su cuarto penalti y al fin marcó. Lo hizo Esnáider, el 3-0, que rompió a su vez un mala serie personal de cuatro partidos sin marcar. "Llegó a obsesionarse demasiado por no marcar", reconoció Antic.
El que no acaba con su mal fario es Pantic, que ayer volvió a lanzar un remate al palo. El décimo de la temporada, según las cuentas del centrocampista serbio (siete en Liga y tres en la Liga de Campeones). "La verdad es que ya está un poco desesperado", declaró Radomir Antic. Y el futbolista no lo negó. "Es increíble", se limitó a decir.
No fue expulsión
Para Juan Manuel Lillo, el entrenador del Oviedo, el encuentro tuvo dos lances decisivos: el gol de Caminero y la expulsión de Rivas. Y a este último suceso le puso algún pero: "Mi jugador me ha dicho que no ha tocado a Kiko, que no ha sido ni falta". El propio Kiko dio por cierta la versión del supuesto infractor: "La expulsión fue injusta. Llegó antes al balón y no fue ni falta".
Para Kiko, que ayer dio el pase final en dos de los goles, el balón ya ha dejado de ser un cocodrilo que muerde los pies, como hace diez días. "El balón vuelve a ser balón", dijo, "es la ventaja de los buenos resultados". Esnáider interpretó positivamente el triunfo: "Nos viene bien para darnos cuenta de que podemos ganar partidos seguidos, de que podemos ser regulares".
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