El Congreso da el carácter de "nacionalidad" a Aragón y Canarias con la oposición del PSOE

Pueden ser cinco, de momento. A las tres nacionalidades históricas -Cataluña, País Vasco y Galicia- se sumarán, si el Senado o el Congreso de los Diputados en su votación defínitiva no lo impiden, Aragón y Canarias. El Congreso aprobó ayer, con el único voto en contra por parte del Grupo Parlamentario Socialista, que ambas comunidades tengan carácter de "nacionalidad". Además aprobó también que Aragón esté capacitada para disolver sus Cortes regionales y poder anticipar las elecciones autonómicas. En este apartado se registró la oposición tanto del PSOE como de Izquierda Unida.

La votación de conjunto del proyecto de reforma del Estatuto de Autonomía de Aragón contó, al final, con los Votos favorables del PP, los socialistas, CiU, PNV y Coalición Canaria (291 en total), y el voto negativo de 10 diputados de IU. La "nacionalidad" de Canarias la admitieron todos menos el PSOE, que votó en contra, y CiU, que se abstuvo.El debate sobre Aragón tuvo incidencias verdaderamente singulares. Tanto Bernardo Bayona (PSOE) como Josep López de Lerma (CiU) aseguraron en la tribuna que se oponían a la consideración de Aragón como "nacionalidad". El artículo lº del Estatuto que ayer aprobó el Congreso -a la espera de su tramitación parlamentaria definitiva tras su paso por el Senado- establece que "Aragón, en expresión de su unidad e identidad históricas como nacionalidad, en el ejercicio del derecho a la autonomía que la Constitución española reconoce, accede a su autogobierno de conformidad con la Constitución y el presente Estatuto, que es su norma institucional básica".

A Convergència i Unió no le gusta nada esta definición y su portavoz en el debate de ayer, López de Lerma, subió a la tribuna para explicar que la Constitución admitió el término nacionalidad como un auténtico "hito histórico" pero, en su opinión, para aplicarlo exclusivamente a Cataluña, Euskadi y Galicia, como reconocimiento expreso del hecho diferencial de cada una de estas regiones. Para López de Lerma, la actitud del PP de apoyar la consideración de Aragón como nacionalidad supone "una gran incertidumbre", porque hace dudar a CiU de "si realmente se reconocen los hechos diferenciales y hay voluntad política para mantener la existencia de naciones y regiones".

López de Lerma anunció que su grupo no podía apoyar la consideración de Aragón como nacionalidad pero, a la hora de la verdad, es decir, al votar separadamente el artículo lº del Estatuto, CiU votó sí. Más tarde se dieron explicaciones oficiosas de que habían incurrido en un error porque el diputado encargado de señalar el sentido de la votación había levantado un dedo, en señal de votación afirmativa. En el caso de Canarias, CiU se abstuvo.El Par, sin voz

La segunda incidencia del debate sobre Aragón tuvo como protagonista indirecto al diputado Antonio Serrano, miembro del Partido Aragonés (Par) al que, según denunció, la dirección del Grupo Popular le impidió subir a la tribuna, por lo que recurrió a entregar un texto escrito al diputado de Unión Valenciana en el Grupo Mixto, José María Chiquillo.

Chiquillo llegó a la tribuna y anunció que lo hacía "como portavoz solidario del Partido Aragonés, pues un cúmulo de circunstancias políticas han impedido", dijo, "que, como ha venido siendo habitual en los últimos 20 años de democracia, hoy se oiga la voz firme y clara del, Par en la defensa de los intereses que le son más propios: los de Aragón".

Chiquillo leyó el texto del diputado aragonés en el que rechazaba la aprobación del Estatuto, ya que el Par entiende que ha sido traicionado por el PP, su socio en el Gobierno aragonés, y que el texto se aprobaba con recortes sustanciales sobre lo inicialmente pactado con los populares.

Al acabar el debate, Serrano declaró que la actitud del PP tendrá consecuencias en Aragón y puede afectar a la coalición de Gobierno en aquella comunidad e incluso a los numerosos ayuntamientos de la región donde PP y Par gobiernan en coalición.Bayona, en nombre del PSOE, defendió el voto favorable al conjunto del proyecto -con las dos excepciones mencionadas- porque, en su opinión, supone una mejora sustancial de las competencias de la región y define mejor la personalidad histórica de Aragón. Pedro Antonio Ríos, de Izquierda Unida, consideró que el texto es insuficiente y que esta reforma "nace muerta".