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ELECCIONES EEUU 1996

Las mamás del fútbol

Un nuevo grupo social, simboliza el poder decisivo de las mujeres norteamericanas en las presidenciales

Antonio Caño

Hasta hace apenas tres meses, Hope Calderone era una sencilla y atareada mujer que luchaba por hacer compatible su trabajo con el cuidado de su casa y que disfrutaba madrugando los sábados de otoño y primavera para llevar a su hijo a jugar su partido de fútbol semanal. Hoy, Hope Calderone se ha convertido en uno de los símbolos del fenómeno político más llamativo de la temporada en EE UU, probablemente el fenómeno político que decidirá los resultados de las elecciones del próximo martes. No es que Hope Calderone, de 40 años de edad, haya fundado un nuevo partido o esté encabezando un movimiento ciudadano en favor de tal o cual causa. Otra vez: lo único que ella hace es trabajar, atender a su familia y acompañar a su hijo a jugar al fútbol. Pero esto último, llevar a su hijo al fútbol, le otorga a ella un papel diferenciador y, de repente, extraordinariamente importante. Hope es una más de lo que en EE UU se conoce como las soccer mom (las mamás del fútbol), término por el que se define a un grupo de mujeres entre los 30 y los 45 años, con estudios universitarios,. una familia de cuatro miembros, una vivienda en los suburbios, dos automóviles (una de ellos, una camioneta), una cierta sensibilidad por los problemas ajenos, gran independencia política y, esta vez, una tendencia a votar por Bill Clinton.Las mamás del fútbol representan la esencia de la mujer norteamericana moderna, el último grito del progresismo nacional, el mejor ejemplo del emergente poder femenino. Hasta 1992, los políticos elaboraban programas para ganar el voto que daba la victoria, el del hombre blanco, de clase media, de origen urbano y. de estudios intermedios. Hoy, el nombre del inquilino de la Casa Blanca lo deciden los 50 millones de mujeres que acudirán a las urnas el día 5. Y, entre, ellas, esa nueva vanguardia que, representan las, madres de los cerca de 10 millones de niños norteamericanos que juegan al fútbol entre los 6, y los 19 años.

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Ellas son el consumidor preferido de este mercado, el voto traspasable, que decidirá estas elecciones", afirma Alex Castellanos, uno de los principales asesores de comunicación de Bob Dole, el candidato presidencial republicano. "Sin ellas, a los republicanos les va a ser muy dificil reconstruir una mayoría", añade Stan Greenbreg,un encuestador del Partido Demócrata.

Cruzar barreras sociales

Hope Calderone ni siquiera es consciente de que ella sea tan importante, pero cree saber por qué el fútbol se ha hecho tan popular en este. país y por qué sus mamás votan por Clinton. Desde la banda de un bonito campo de hierba del Montgomery Coúnty, en Maryland, entre algunas interrupciones para dar ánimos a su hijo, con el número 10 a la espalda, Hope lo explica en los siguientes términos: "A diferencia de los deportes tradicionales americanos, el fútbol es fácil de jugar, no se precisan condiciones físicas especiales, no requiere un gran equipo ni una gran inversión de dinero. Es un deporte, que cruza las barre ras sociales. Al Mismo tiempo es más internacional y, en ese sentido, más abierto, más atractivo para gente interesada en ideas nuevas. Todo esto son valores representados por Bill Clinton".

Hope Caderone no es miembro del Partido Demócrata ni actúa movida por ninguna ideologia política. Resume sus inquietudes en ese terrreno con la siguiente frase: "No quiero que la gente más vulnerable sea abandonada". Y por eso, como las otras mamás del fútbol y la mayoría de las mujeres norteamericanas, es partidaria de que Clinton esté ahí para mantener la discriminación positiva, para defender el derecho al aborto y para impedir todo lo que se supone que son excesos propiciados por el Partido Republicano, que tiene el control del Congreso.

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Hope Calderone atiende partos en un hospital de maternidad de Maryland. No es un centro para ricos. De hecho, cada día se encuentra con muchas mujeres latinas algunas de ellas indocumentadas que le cuentan sus dificultades, para salir adelante. Junto a ellas ha. aprendido a entender que el Estado no puede abstenerse de ciertas obligaciones con los más necesitados.

Al hogar de los Calderone entran al año unos 75.000 dólares, de los que Hope aporta! 50.000. Su marido obtiene periódicamente contratos en distintas construcciones de la zona, pero no tiene un trabajo fijo, Su hijo de 10 años es el jugador de fútbol, pero la estrella de la familia, según Hope, es la niña, de 12. Cuando oye hablar de valores familiares, Hope piensa en que lo mejor que se puede hacer por la familia es criar a los hijos en un entorno seguro y educarlos en valores que les densconfianza en si mismos.

Un modelo clásico

Por lo demás, Hope responde al modelo clásico de las mamás del fútbol: se siente razonablemente satisfecha de la situación económica preocupada por el estado deficiente de la atención sanitaria y la baja calidad de la educación, un poco más aliviada de la presión de la delincuencia e indefinida en relación con la pena de muerte, por unas razones está en contra y por otras a favor.Pero, ¿cuál es el misterio con las mamás del fútbol? ¿Por qué no hay mamás del béisbol o papás del fútbol? Nadie lo sabe explicar todavía bien. Hasta hace apenas un año, las mamas del fútbol ni siquiera eran todavía reconocidas como un grupo social caracteristico. Quizás ni siquiera lo sean, todavía. Quizás todo sea una moda que desaparezca rápidamente. Pero, por ahora, como afirm la congresista demócrata Pat Schroeder, "todo el mundo está hablando de las mamás del fútbol, es el término más utilizado de esta campaña".

Algunas diferencias sí están claras. Las mamás del béisbol representan, un deporte y unos vaIores mucho más tradicionales, casi arcaicos. Las mamás del fútbol americano prácticamente no existen, porque ese deporte se practica en el entorno de las escuelas y bajo la supervisión de profesores y entrenadores. Las mamás del esquí o de la hípica, obviamente, constituyen una élite poco representantiva.

Tampoco se puede hablar de los papás del fútbol. En primer lugar, porque los papás son mucho menos sacrificadoe para madrugar en un día de descanso y pase la mañana entreteniendo a su hijo. En segundo lugar, porque los padres no han creado una corriente de opinión tan homogenéa ni tan orientada hacia los problemas generales.

Fuera del esfuerzo del madrugón sabatino, el oficio de mam´á del fútbol es sencillo. Sólo requiere presencia constante, comprensión hacia el niño y vocación por socializar. Basicamente consiste en acudir al campo con algunas bebidas, un poco de café, unos dónuts,una silla plegable (de la que se puede prescindir): y una buena:disposicion para pasar por alto las patadas que el niño (o la niña, los equipos son mixtos) da al aire queriendo dar al balón. Tras el partido, las mamas se reúnen en la banda.

Una fuerza determinante

En plena campaña electoral, la portada de uno de los grandes semanarios de Estados Unidos estaba dedicada a la película" The first. wives club (El club de las primeras mujeres). No a la película, en realidad, sino al efecto del divorcio en las familias norteamericanas Y a otros fenómenos que han convertido a la mujer estadounidense en una fuerza determinanten en este país.Los candidatos lo saben y sobre, todo, lo que sabe Bill Clinton. Sus propuestas sobre educación están derigidas con precisión a las madres- no a los padres- que cada día repasan los deberes con sus hijos. Sus ideas sobre el chip para interrumpir la violencia en la televisión son del gusto de los madres, no de los padres. o mismo se puede decir de propuestas sobre salud y asistencia social. Las mujeres han evolucionado hacia una mayor sensibilidad por problemas ajenos y preocupación por el futuro, y votan demócrata. Los hombres parecen más interesados en el dinero y los impuestos y votan republicano.

Bill Clinton, como consecuencia, tiene un margen de más de 20 puntos de ventaja entre las mujeres en lasencuestas sobsre intención de voro, Incluso entre las mujeres blsncas, casadas y de suburbios -las mamás del fútbol-, el 49% se inclina entre las mujeres blancas, casadas y de suberbioss - las mamaás del fútbol-, el 49% se inclina a rrelegir al presidente, mientras que sñolo un 30% anuncia su botopor Dole. Enre este grupo, Clinton s´lolo obtuvo hace cuatro años un 27% de votos mientras que George Bush, un 4%.

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