_
_
_
_

Mitterrand oculto que su primer ministro de Defensa espió para el Este

Enric González

Una nueva sorpresa emerge de los años de François Mitterrand Charles Hernu, el primer ministro de Defensa socialista francés, había trabajado previamente para los servicios secretos de Bulgaria, Rumania y la Unión Soviética. El semanario L'Express revela esta semana las actividades de Herhu como informador retribuido, pero deja en el aire una incógnita: ¿se mantuvieron los contactos con el Este después de entrar en el Gobierno? Hernu, ministro entre 1981 y 1985, forzado a dimitir por el atentado contra el Rainbow Warrior de Greenpeace y fallecido en 1.990. Mitterrand, informado en 1992 del caso, lo cerró declarándolo secreto de Estado. El caso ha conmocionado a Francia.

El entonces máximo responsable de la Dirección de la Seguridad del Territorio (DST, contraespionaje), Jacques Fournet, acababa de recibir una carpetades de Rumania, donde se desmantelaban los archivos de la Securitate. La carpeta contenía informes efectuados por Hernu y recibos de cada, pago. Mitterrand quedó abrumado. Otro de sus amigos, Pierre-Patrice Pelat, el hombre del Rolls Royce dorado, acababa de verse implicado en un escándalo financiero. "Después de Pelat, Hernu..." suspiró Mitterrand. Según el relata de L'Express, el presidente se rehizo inmediatamente:- "No reescribiremos la historia. Considérelo, señot director, como un secreto de Estado. El asunto quedó enterrado. Jacques Fournet confirmo ayer su entrevista con Mitterrand, pero precisó que no existía la total seguridad de que los documentos incriminatorios fueran auténticos. Jérôme Dupuis y Jean-Marie Pontaut, los autores de la exclusiva de L'Express, replicaron que el antiguo jefe del contraespionaje había verificado la autenticidad del contenido de la carpeta: "No se puede imaginar seriamente que un jefe de los servicios de información vaya a molestar al presidente de la república con documentos que pueden ser falsos y cuyo contenido hunde a uno de sus más fieles amigos políticos. Eso sería un suicidio profesional". Los dos periodistas, han contrastado además, su información con testimonios de los espías búlgaros, rumanos, y soviéticos que. contactaron con Hernu.

El asunto comenzó en 1953. Charles Hernu, hijo de gendarme, encarcelado durante unos meses tras la liberación como presunto colaboracionista, mason, mujeriego, inteligente e hiperactivo, tenía, 29 años y formaba parte de los radicales de izquierda que apoyaban a Pierre Mendés-France. Raíko Nikolov, tercer secretario de la Embajada de Bulgaria en París y espía, trabó relación con Hernu y le pidió que le enviara notas sobre la Política francesa. El Joven político, escaso de dinero, aceptó. A cambio de una retribución que oscilaba entre los 25.000 y los 50.000.francos antiguos (de 70.000 a 140.000 pesetas actuales), Hernu empezó a trabaiar para Nikolov bajo el nombre clave de André.En 1956, Hernu, alcanzó un escaño de diputado y los búlgaros mejoraron su sueldo. Pero podo después Nikolov dejó su puesto en París y los servicios de André fueron retomados directamente por Moscú, a través de su hombre en Francia, Vladímir Ivanovitch Erofeev. En 1958, según L'Express, Ia URSS entregó, a Hernu, unos 7,5 millones de pesetas actuales para financiar una campaña electoral. Ese extremo es desmentido por su hijo quien afirma que ese dinero fue proporcionado por la mujer con quien vivía entonces Hernu. En 1961, en plena crisis de Argelia, a Hernu, tuvo protección policial y cortó sus contactos con la embajada soviética. Pero al año siguiente entró en la nómina de la Securitate. Ya era uno de los parlamentarios más próximos a Mitterrand. En 1963 volvió a contactar directamente con el KGB y ahí se corta la,pista. Lo que hizo Hernu desde entonces permanece en el, secreto de algún archivo ruso. Cuando, 18 años más tarde, fue nombrado ministro de Defensa del primer Gobierno de Mitterrand Hernu se caracterizó por su proatlantismo y Washington le tuvo por un amigo. ¿No intentó, Moscú sacarle información bajo la amenaza de revelar su pasado? La pregunta, por el momento, queda en el aire.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_