Los presos etarras han sido el hilo conductor de la Comisión de Derechos Humanos durante 16 años

Los presos etarras han sido el hilo conductor de la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento vasco en sus 16 años de historia. Sus miembros han visitado las cárceles de Euskadi, vigilado las condiciones de vida en ellas e impulsado la reinserción de los reclusos. La atención a las víctimas del terrorismo tuvo que esperar hasta 1987, unos meses después de la escisión del PNV y la entrada del PSE en el Gobierno. El acuerdo de 1995 sobre el acercamiento puso fin al apoyo del PNV a la dispersión generalizada. Una nueva situación que Herri Batasuna (HB), muy activa en la historia de esta comisión, utiliza para provocar más contradicciones en el Pacto de Ajuria Enea.

El impulso que los partidos nacionalistas PNV, EA y HB están dando, junto a IU y final-, mente Unidad Alavesa, al acercamiento de los presos a Euskadi viene precedido de 16 años de trabajos en tomo a ellos. En la comisión también ha ocupado un papel estelar la situación de la mujer, la vulneración de derechos en el extranjero, las víctimas del terrorismo y la vigilancia del cumplimiento de los derechos humanos en actuaciones de la Ertzaintza, de la Guardia Civil y de la Policía Nacional.

La historia de ese foro parlamentario ha contado con dos fechas que marcaron sus trabajos: la escisión del PNV en 1986, que cambió el mapa político y dio paso en la mesa de debates a la situación de las víctimas del terrorismo; y el acuerdo de acercamiento de presos de 1995, como constancia de que la dispersión no tenía futuro político para el mundo nacionalista.

Visitas a prisiones

Hasta 1986 sus integrantes realizaron numerosas visitas a los centros penitenciarios vascos y atendieron peticiones de reclusos fuera de Euskadi. Además de condenar los atentados y secuestros de ETA, el 12 de diciembre de 1981 el entonces consejero de Justicia, Carmelo Renobales, informó al Parlamento de las gestiones realizadas en relación con distintos presos vascos y asistencia al detenido". En 1983 uno de los debates centrales fue el de "la tortura en Euskadi", y un ano después se comenzó un informe sobre "la crisis de convivencia y la pacificación de Euskadi".La escisión del PNV provocó la entrada de los socialistas en el Gobierno autonómico. Corría 1987 cuando se constituyó el nuevo Ejecutivo. Curiosamente en ese mismo año, en mayo, los miembros de la comisión debatieron un texto sobre "las ayudas a las víctimas y familiares de atentados, extorsiones o cualquier otro tipo de violencia ejercida por el terrorismo sobre personas físicas, empresas y comercios". Impulsada por el Grupo Mixto, cuyo portavoz era el ahora senador del PP José Manuel Barquero, la proposición no de ley fue asumida en marzo de 1988 en el Consejo de Gobierno.

La comisión pidió también la transferencia de prisiones. El grupo parlamentario salido de la escisión del PNV, Eusko Alkartasuna, no esperó ni siete meses para pedir que los parlamentarios accedieran a las comisarías de la Ertzaintza, un departamento siempre en manos del PNV.

El debate central sobre la reinserción comenzó en 1992, aunque los momentos decisivos tuvieron lugar en 1994. La comisión intentó convertirse en la gestora de aquellos presos que solicitaran su reinserción. La falta de unanimidad frustró la iniciativa y después de escuchar a numerosos colectivos sociales próximos a HB se limitaron a solicitar que se reconsiderara la progresión de grado de un grupo de siete presos de la cárcel de Nanclares de Oca.

Cuendo en diciembre de 1995 el Parlamento vasco aprobó un documento para pedir el acercamiento de los presos, la dispersión había entrado en crisis.

El secuestro del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, en enero de 1996, no frenó esta actuación de los partidos democráticos, que en julio ampliaron el acuerdo de diciembre de 1995, con la oposición de socialistas y populares. HB dio un giro de 180 grados a sus discurso e hizo bueno el término "acercamiento", hasta entonces inaceptable para su entorno.