El Defensor del Pueblo pide que se armonicen las normas
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Sin embargo, en el resto de locales la Ley de Seguridad Ciudadana, que fija el mínimo de edad en 16 años.
El Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Francisco Javier Urra, asegura que la edad mínima legal para beber es de 16 años. "Otra cosa es que el comercio en cuestión, por su cuenta, decida no vender a menores de edad", matiza. "De todos modos, no creo que una legislación más estricta resuelva el problema. El problema reside más en el enorme consumo de alcohol que hay en nuestra sociedad", sentencia.
Las borracheras juveniles preocuparon incluso al Defensor del Pueblo, que dedicó un capítulo de su informe anual de 1995 al asunto. En él se pone de relieve la diferencia existente entre las legislaciones de las diferentes comunidades autónomas en lo relativo a la edad permitida.
En Asturias, por ejemplo, se prohíbe la venta y el consumo a los menores de 16 años, mientras que en Navarra el mínimo es de 18 años. "Sería conveniente lograr, una cierta armonización de la normativa", opina el Defensor del Pueblo, para evitar que los jóvenes se desplacen, "en especial, en ciclomotor" a otros pueblos de comunidades limítrofes para beber.
El problema de la venta de alcohol a menores se agudiza en la corona sur metropolitana. No se trata de una cuestión sociológica, sino simplemente demográfica. O así lo entiende el presidente de la Asociación de Jefes de la Policía Local de Madrid, Ginés Jiménez. "En las localidades medianas", explica, "de hasta 80.000 o 100.000 habitantes, el tema es más sencillo de controlar".
Copas y coches
Así las cosas, es en ciudades como Móstoles (199.400 habitantes) o Fuenlabrada (160.500) donde se registran más casos de menores sorprendidos ingiriendo alcohol, aunque las cifras oficiales no llegan a ser escandalosas: unos cinco o seis expedientes sancionadores al año. "La dificultad en controlar esta venta", matiza Jiménez, "no radica tanto en los bares de copas como en los supermercados".También hay poteros de discotecas poco atentos a las variadas y delictivas triquiñuelas que emplean algunos menores para franquear la entrada que da acceso al alcohol. La policía investigó antes del verano a varios alumnos de BUP que, a cambio de dinero -entre 1.000 y 2.000 pesetas-, falseaban carnés de identidad y los entregaban a compañeros de cursos inferiores.La incidencia del alcohol en los accidentes de tráfico con víctimas mortales de hasta 25 años es espeluznante: está presente en el 33% de los casos, según datos de la Dirección General de Tráfico.La cada vez mayor precocidad a la hora de beber ha propiciado el nacimiento de una Asociación de Jóvenes Alcohólicos Rehabilitados, que realiza sesiones de terapia los miércoles y domingos en su sede del paseo de las Delicias, 65, bloque A (teléfono 468 20 27).
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