Vaqueros Ronaldo

José Manuel Cuenca Requena, un pequeño industrial de Murcia dedicado al negocio de la confección, decidió hace dos años dar un pequeño salto en su actividad y comercializar sus propias marcas. Para ello, entre otros muchos modelos, logró registrar la marca de ropa vaquera Ronaldo, que ahora se vende en sus siete tiendas repartidas por la región de Murcia. El joven y triunfante futbolista brasileño, por vía de sus abogados, le conminó él 4 de octubre pasado al cese del uso de este nombre; un conflicto que, de no mediar acuerdo en las próximas horas, terminará en los tribunales de justicia.En Pepe Cuenca, SL, que es la denominación de esta pequeña empresa familiar murciana que da empleo a 13 trabajadores, el revuelo por la iniciativa de Ronaldo ha causado cierta sorpresa. Pero Javier Cuenca, contable y primo del propietario de la marca, asegura que no están inquietos. Y además, añade, están tranquilos porque consideran que han actuado siempre de forma legal. "El modelo Ronaldo asegura, "no es ni mucho menos el sostén de esta cadena". Ronaldo puede ser el pichichi dé la Liga, pero la marca Ronaldo no lo es en el ranking de ventas de vaqueros. Todo lo contrario. En las siete tiendas de Pepe Cuenca, SL, los tejanos más vendidos son, curiosamente, los Pepe Cuenca definen al modelo más económico de la pequeña empresa murciana (a 4.000 pesetas la unidad), mientras que los Ronaldo, de calidad superior (a 6.900 pesetas), tienen una aceptación mucho menor.En Pepe Cuenca, SL, cuyo domicilio social está en la calle de Condes de la Confección de la pedanía de El Palmar, en el extrarradio de la ciudad de Murcia, se insiste en que nunca hubo ánimo de aprovecharse del gancho del astro brasileño del fútbol. Como argumento dicen que registraron la marca Ronaldo el 21 de noviembre de 1994, cuando el hoy jugador del Fútbol Club Barcelona actuaba en el PSV Eindhoven, en Holanda, procedente de Brasil. Difícilmente entonces, sostienen, se podía lucubrar que acabaría vistiendo la camiseta del Barca y triunfando de manera tan rotunda en los comienzos de la actual Liga de fútbol.¿Y por qué una marca llamada Ronaldo? La verdad es que, en los repertorios más extendidos de los santorales en España, no es éste un nombre muy común. En Pepe Cuenca, SL, reconocen que también entonces intentaron registrar la marca Agassi, pero que les fue denegada por tenerla ya registrada una mercantil catalana. Y sostienen que llegaron a inscribir Ronaldo casi por deducción. Su primera intención era apostar por Ronald, pero ya estaba registrado. Igual pasaba con los nombres Ronald's, Ronaldos, Ronaldi y Ronalda. Así es que, por simple descarte de vocales, llegaron a Ronaldo. Y así aparecen como titulares en la Oficina Española de Patentes y Marcas desde hace dos años. Lo cierto es que los vaqueros Ronaldo tardaron todavía un tiempo en ver la luz, casi tanto como el que tardó el futbolista en vestir de azulgrana y encandilar a millones de aficionados. Javier Cuenca esgrime que para hacer patrones y diseños de cada producto nuevo se necesitan meses de trabajo. Y hace cuatro meses que en los escaparates de las siete tiendas de esta cadena ya se ven los vaqueros Ronaldo. Incluso este año también se ha rebautizado una de las tiendas de Pepe Cuenca con el nombre de Ronaldo, aprovechando un cambio de local en Cieza.El caso Ronaldo recuerda al que se planteó hace unos años cuando un industrial textil llamado Roberto fundió su nombre con el de su hijo Mario y creó una marca de productos deportivos denominada Romario, lanzamiento que coincidió con el esplendor del que entonces era también estrella barcelonista.Pero, en esta ocasión, Josep Oriola, el abogado de Ronaldo, no se cree ni el juego de letras ni la inocencia que abandera la empresa de Pepe Cuenca. Anoche, su gabinete difundió un comunicado de cuatro puntos que no deja lugar a dudas. Primero, asegura que la empresa actuó de mala fe y con la intención de utilizar el nombre de Ronaldo en beneficio propio; segundo, que después intentó registrar, en julio, el nombre del futbolista por otros conductos; tercero, que ha hecho caso omiso a la petición de cese inmediato de la fabricación de artículos, y cuarto, que, si insisten, la historia acabará ante los jueces.