Los militares de EE UU no pueden declararse gays, según el Supremo
El Tribunal Supremo cree que el compromiso al que la Casa Blanca llegó con el Pentágono sobre la presencia de homosexuales en las Fuerzas Armadas -la política que se conoce como "no preguntar, no explicar"- no es anticonstitucional, como denuncian los grupos gays. El Supremo confirmó ayer el fallo de un Tribunal de Apelaciones que había desestimado la reclamación de Paul Thomasson, de 33 años, expulsado de la Marina después de haber enviado una carta a cuatro almirantes en la que daba a conocer su orientación sexual.Thomasson mandó las cartas en 1993, cinco días después de que entrara en vigor la nueva ley, según la cual las Fuerzas Armadas ya no pueden -como habían hecho en los últimos 50 años- interrogar a los reclutas sobre sus preferencias sexuales, a cambio de que no haya declaraciones abiertas de homosexualidad. La misma suerte que Thomasson, expulsado en 1994, han corrido 722 gays.
El presidente Clinton prometió en su campaña electoral de 1992 acabar con la prohibición de que los gays se alistaran en las Fuerzas Armadas.
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