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Ajos con cuatro siglos de historia

Chinchón celebra la tercera edición de la fiesta de su producto más típico

Miles de personas asistieron este fin de semana a la tercera edición de la fiesta del ajo de Chinchón (4.186 habitantes). El pueblo, abarrotado de turistas y con todos sus meso nes a reventar, homenajeó y promocionó a su producto por excelencia, del que produce más de tres millones de kilos al año y que le ha dado renombre desde hace siglos. La fiesta fue una recuperación de antiguas tradiciones, entre ellas la de la entrada de carros tirados por mulas, cargados con la cosecha de ajos que luego se ponían a la venta. "Desde el siglo XVI ya se comercializaba el ajo en Chinchón y existía una relación de ajeros. Esa tradición continúa en la actualidad y hay más de 40 ajeros y un centenar de personas que trabajan en ello directa o indirectamente. Pensamos que siendo un producto ya introducido y que goza del sello de garantía de calidad de la Comunidad de Madrid, había que promocionarlo más y de una forma lúdica, y por eso creamos estas fiestas del ajo que ya llevan tres años funcionando con una gran afluencia de visitantes", dice Cecilio Serrano, presidente de la Asociación de Amigos de Chinchón, uno de los organismos organizadores del festejo junto al Ayuntamiento, la Comunidad y la propia asociación de ajeros.Los carros, originales de principios de siglo que han sido restaurados, hicieron su entrada en la plaza Mayor con jóvenes ataviados a la antigua usanza y cargados de ajos. Antiguamente, era frecuente ver a los agricultores entrar y salir por esas mismas puertas cargados de ajos que llevaban a sus almacenes, donde hacían la limpieza y la separación para más tarde ponerlos a la venta en cualquier rincón del pueblo, muchas veces en las puertas de sus propias casas o en la plaza. A la entrada de carros le siguió un baile del grupo de danzas de Chinchón, y por la tarde, música a cargo de la Banda Municipal y de los populares Chispas.

Alrededor de 20.000 personas calcula la organización que han pasado por el pueblo durante este fin de semana. "Ha habido un ambiente excepcional, el tiempo nos ha acompañado mucho y la participación ha sido estupenda", decía el alcalde, José Hernández. El día anterior, sábado, también hubo una gran afluencia de turistas que acudieron a ver el concurso de sopas de ajo, en el que participaron desde agricultores hasta amas de casa y del que luego se ofrecieron cerca de 2.000 degustaciones bien regadas con vino tinto de la tierra a todos los presentes. Según Fernando Montoro, presidente de la Asociación de Ajeros de Chinchón, durante estos dos días se han vendido unos 5.000 kilos de ajos. "En dinero no es mucho, aproximadamente medio millón de pesetas, pero el objetivo, que era promocionar nuestro producto y cubrir gastos, creo que se ha cumplido".

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