El sur, tierra de misión
El obispado de Getafe sólo cuenta con un cura por cada 5.000 habitantes, la media más baja del país
"Se precisan sacerdotes, razón, obispado de Getafe". Es ficción, pero si la Iglesia católica se anunciará en los suplementos sepia podría, perfectamente, insertar un llamamiento de estas características. Sucede que los 48 municipios que engloba la diócesis getafense sólo disponen de 217 religiosos para atender las necesidades espirituales de 1.095.880 madrileños, lo que su pone sólo un clérigo por cada 5.050 almas y uno por cada 10,4 kilómetros cuadrados.Esta media es la más baja de la región madrileña y de toda España, por lo que ciudades como Getafe, Leganés, Alcorcón, Fuenlabrada o Parla son para la autoridad eclesiástica "tierra de misión".
Para evangelizar, en consecuencia, no hace falta subirse a un avión rumbo a latitudes remotas. Los responsables del propio obispado son los primeros en reconocerlo. El sur carecía de la infraestructura religiosa más elemental y, al depender hasta hace poco de Madrid, la presencia pastoral (las visitas del obispo a las parroquias) era nula, explican.Y no es que entre los sureños no haya vocación. O, al menos, no exactamente. "Aquí hay mucha religiosidad, pero poca formación", razona Gregorio de Mera, coadjutor de la catedral de la Magdalena de Getafe (144.600 habitantes), emblema católico por excelencia de la zona sur. Y avisa: "Hay un desequilibrio en la relación con lo sobrenatural. Estas gentes caen un poco en la hechicería, en la magia, en la superstición; ahora falta inculcarles el conocimiento de las Escrituras".Quizá por esa carencia de instrucción previa la diócesis de Getafe, que acaba de celebrar su quinto año de vida, sólo ha podido ordenar a 20 nuevos sacerdotes. El número total de presbíteros incardinados (que ejercen) en el sur, han pasado, en este tiempo, de 174 a los ya citados 217; hay, por tanto, 23 fichajes foráneos. "El corazón del quienes quieran venirse al sur", advierten las autoridades eclesiásticas de la comarca.El panorama puede cambiar en el futuro, cuando culminen sus estudios los 47 seminaristas del cerro de Los Ángeles, muy cerca de la residencia del propio obispo José Pérez Fernández- Golfín. Gregorio de Mera insiste en la necesidad de reforzar la presencia cristiana en estos 48 pueblos. "Aquí existe un deseo espiritual que en otros sitios está mortecino", concluye. "Ésta es una población muy joven que se ha hartado del materialismo, pero que vive en barbecho religioso. Los novios, por ejemplo, no han pasado por la iglesia desde la primera comunión, y eso de ser creyente no practicante es una herejía, por muy de moda que esté. Póngalo usted con letras muy grandes".
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