Cambio colchón por cafetera
Una tienda de Argüelles trueca servicios caseros y objetos
Cinco mujeres han pensado juntas. Han movilizado su sentido práctico acuñado durante años. Y se han puesto a la faena. Abuela, socióloga, geógrafa, abogada y periodista idearon un proyecto. El proyecto ha prosperado. Han puesto una tienda. Pero no es una tienda cualquiera. Es un local pequeñito. Tiene un rótulo verde y fresco. En él se lee La Buena Vecina: ofrece soluciones para los problemas domésticos de siempre. Pero los resuelve con el esfuerzo vecinal. Se trata de la primera tienda de intercambios de servicios caseros, y de objetos, en Madrid, según dicen ellas. Acaba de ser inaugurada en la calle de Vallehermoso, en Argüelles. En medio de una jungla de la mercadotecnia, el trueque vuelve a los barrios.María Jesús Miranda, de 48 años, socióloga, explica el proyecto recién estrenado: "Queremos que toda persona que sepa hacer algo bien y desee echar unas horas pueda sacarse unas pesetas. O que aquella otra que quiera intercambiar cosas pueda hacerlo con desenvoltura. Y ello echando a su vez una mano a una vecina o vecino que lo necesite".
Pone un ejemplo: "Primera parte: un ama de casa sabe bien hacer cortinas. Nos llama. La hacemos socia de nuestra tienda. Incorporamos su nombre a un listado. Eso le cuesta 1.000 pesetas al mes. Pero", explica, llega la segunda parte: otra mujer ama de casa no tiene tiempo o no quiere gastarse una fortuna en encargarse unas cortinas en una macrotienda del ramo. Nos telefonea, la asociamos, y nosotras ponemos a las dos en contacto. Solitas acuerdan, la una, hacerlas, y la otra, comprárselas. Fijan un precio para las cortinas. Ellas se lo guisan y se lo comen. Nosotras no percibimos nada de esa operación. Sólo las 1.000 pesetas del abono de la primera o de las dos".
Desde hace unos días, un señor quiere intercambiar un colchón de espuma forrado por una cafetera, "de esas antiguas que hacen el café mejor que las eléctricas", explica Celia, abogada. "Estamos seguras de que le vamos a encontrar alguien que lo intercambie".
Los domingos, churros
El estreno de la tienda no les ha permitido desplegar aún su gama de intercambios. "Pero vamos a hacer maravillas", señala Angeles Aguilera, periodista. El próximo paso va a ser dominical: "Un estudiante del barrio, que nosotras aseguramos, subirá el periódico, churros y pan, medicinas o cualquier petición razonable a los vecinos que lo deseen".Hay muchos más casos: "Si alguna persona sabe cocinar y unos vecinos necesitan hacer una cena, el circuito es el mismo. Nos lo anuncian, informamos y el trato se cierra entre ellos. Los invitados quedan satisfechos, bien comidos; los anfitriones, como archiduques, sin gastar en demasía; y todos, nosotras incluidas, más contentos que unas pascuas".
"No hemos hecho más que comenzar. ¿A quién no se le ha roto una lavadora un domingo por la mañana? ¿Quién no quiere intercambiar vídeos?", se pregunta. "Estábamos hartas de quejarnos de las limitaciones que padecemos como vecinas y como amas de casa, y hemos decidido atajarlas de esta manera".
La buena vecina. Teléfono 594 50 39
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