_
_
_
_

Las secuelas de una tragedia

Douglas McMurdo, subjefe de la policía central de Escocia, ha sido la única víctima política de la tragedia de Dunblane hasta la fecha. McMurdo, de 56 años, responsable técnico de la renovación de la licencia de armas del asesino Thomas Hamilton, presentó ayer su dimisión del cargo, dimisión que le fue aceptada inmediatamente. El informe sobre la tragedia pone de relieve la necesidad de aplicar con cuidado y de forma mucho más estricta la norma para obtener una licencia. Hamilton era miembro de un club de tiro en Stirling, la localidad próxima a Dunblane donde residía hasta el fatídico 13 de marzo, cuando puso fin a su vida después de -haber consumado una de las venganzas más atroces que los tiempos vieron. Hasta entonces compró armas y municiones con total facilidad.Durante casi 20 años, el hombre destinado a destruir la paz y la felicidad de la comunidad de Dunblane vivió como un paria entre sus vecinos. Tolerado, pero con el estigma permanente del sospechoso, del apestado social. Lo curioso del caso es que ni las habladurías ni las continuas alegaciones de sus inclinaciones pederastas le impidieron dirigir uno tras otro sucesivos clubes deportivos de jóvenes y de niños. Lord Cullen señala también en su investigación la necesidad de un mayor control en el funcionamiento de este tipo de negocios. El Gobierno prevé la creación de una especie de base de datos que suministrará información sobre los antecedentes de los individuos que desarrollan este tipo de tareas.

Más información
El Reino Unido prohibe las armas privadas

Aun así, a nadie se le escapa la imposibilidad de la tarea de prevenir un nuevo Dunblane. Los representantes de lobbies ligados a la venta de armas se lamentaban ayer de haber sido "castigados por la conducta de un individuo". Además, los lobbies consideran que la prohición va a aumentar el número de armas ilegales. Se estima que hay entre 200.000 y tres millones de armas ilegales. Añaden que la medida pone asimismo en peligro un millar de puestos de trabajo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_