Sáenz de Santa María pide a la prensa que deje de hablar de la guerra sucia y se ocupe más de ETA
El teniente general José Antonio Sáenz de Santa María pidió ayer a la prensa que deje de hablar de los GAL y se ocupe más de denunciar las actividades terroristas de ETA. "Los medios deben alertar a sus lectores", comentó, "de que el verdadero problema, el problema de hoy y de mañana, es ETA. Los GAL son un problema que se puede aparcar y dejar a los jueces porque ya no perjudica a nadie".Esta petición fue formulada a la salida de su declaración ante el juez Javier Gómez de Liaño en relación con el caso Sokoa. Sáenz de Santa María afirmó en ella que no cometió ningún delito en la operación antiterrorista que concluyó con el descubrimiento, en 1986, de los archivos de ETA en la cooperativa de ese nombre, situada en el sur de Francia.
El militar compareció como testigo a petición del que fue máximo dirigente de ETA José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, Josu Ternera -procesado en el caso Sokoa-, para aclarar el contenido de unas manifestaciones suyas publicadas en EL PAÍS en las que, irónicamente, indicaba que en el asunto de Sokoa incurrió en cinco delitos.
Bordear la ley
"Era una cosa un poco esperpéntica", dijo a los periodistas Sáenz de Santa María, "para demostrar que la lucha antiterrorista bordea muchas veces la legalidad. ¿Cómo me voy a confesar autor de delitos si eso no eran delitos? Lo que quería decir es que, aparentemente, son delitos las acciones que bordean la legalidad y en la lucha antiterrorista, cuando se persigue un fin, hay que ir por los bordes ( ... ) de dentro y de fuera de esa legalidad".El general afirmaba en la citada entrevista que para la operación de Sokoa, de cuyos resultados se vivió un año en la lucha antiterrorista, hubo que colocar unos transmisores en unos misiles vendidos a ETA. Ello pudo haber constituido delitos de tráfico de armas, cooperación con banda terrorista, delito fiscal, entrada ilegal y derribo de un tabique, aunque ayer precisó que, obviamente, no se trató de delitos.
Sáenz de Santa María explicó que los GAL acabaron hace diez años mientras que ETA sigue ahí., Ello no quiere decir, precisó, "que no se deban perseguir los delitos de los GAL, sino que lo que verdaderamente está vivo es ETA y es a la que deberíamos todos los días tratar de perseguir, porque la democracia en España no se ha instaurado definitiva y totalmente por causa del cáncer del terrorismo de ETA. Lo otro, efectivamente, hay que perseguirlo y dejar a los jueces trabajar y que las responsabilidades se diriman en los juzgados. Pero lo que no se puede es que, por hablar tanto de los GAL, nos olvidemos de ETA".
"Los jueces no se están olvidando de ETA", precisó el general, que fue delegado especial para el País Vasco con UCD; "lo que pasa es que actuar contra otros temas quita tiempo y los jueces lo tienen limitado".
El militar explicó que ETA ha cambiado de estrategia y ahora actúa con las juventudes violentas, que todas las noches y casi todos los días campan por sus respetos en Euskadi y Navarra imponiendo el terror, presionando con los presos y consiguiendo que el Gobierno vasco haya puesto en un disparadero al Gobierno español con la propuesta de acercamiento a Euskadi de los reclusos etarras. Esta proposición, en opinión de Sáenz de Santa María, ha terminado con la política de reinserción que se había aplicado anteriormente y que dio buenos resultados.
Por otro lado, Gómez de Liaño interrogó ayer al militante de ETA Fernando Alonso Abad, periodista de Egin, acerca de los documentos sobre empresas que fueron intervenidos en el registro de su mesa en la Redacción del rotativo vasco.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.