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Los médicos extirpan el apéndice al Papa y aseguran que no tiene cáncer ni otros males intestinales

Francesco Crucitti y otros cinco médicos del Políclínico Gemelli que ayer extirparon el apéndice a Juan Pablo II no hablan con me dias tintas. La operación, que duró cincuenta minutos, "confirmó el diagnóstico" de que el Papa padecía de apendicitis, al tiempo que permitió "excluir una vez más la presencia de, otras patologías" intestinales, como el cáncer. ".No hay secretos", insistió Crucitti, quien se dijo "más convencido que nunca" de que Karol Wojtyla de 76 años, no morirá de tumor en el colon. "Hemos eliminado el problema. Si ahora trabajara algo menos...".

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"Había que operarle", dice el doctor español Jaime Prat

Concluida la operación, el director de la clínica quirúrgica de la Universidad Católica de Roma demostró ganas de responder a las dudas y conjeturas suscitadas por el diagnóstico de apendicitis crónica formulado el 14 de septiembre. "Los análisis realizados el pasado lunes, incluida la resonancia magnética, y la propia intervención quirúrgica han confirmado todo lo que esperábamos. El Papa ha venido sufriendo episodios recurrentes de apendicitis aguda, y le hemos operado", declaró Crucitti."El examen histológico contemporáneo ha mostrado una apendicitis transmural, con pruebas de fibrosis causada por precedentes episodios inflamatorios. La muestra morfológica indica una apendicitis recurrente", se lee en el comunicado médico. Este análisis de tejidos, realizado en el mismo Gemelli mientras el Papa era operado, fue llevado a cabo por un médico español, Jaime Prat, director del servicio de anatomía patológica del hospital Santa Creu y San Pau de Barcelona, invitado a Roma por Crucitti.

Crucitti, que operó el intestino de Juan Pablo II tras el atentado de 1981 y, en 1992, el tumor en el colon, hubo de replicar a más dudas de los informadores, a "fantasías", según sus términos. ¿No hay ningún indicio de reproducción del tumor? "Lo excluyo del modo más categórico", dice Crucitti, que ayer, realizó una "exploración regional" del ilustre paciente. "Ya en 1992 dije que se trataba de un adenoma túbero velloso con una pequeña zona de displasia moderada", añade, para recordar el diagnóstico que fue traducido a lenguaje llano como tumor benigno con una pequeña zona donde las células estaban mutando. "Afirmé también entonces que el Papa habría envejecido y eventualmente desaparecido por cualquier otra enfermedad, pero no por el tumor. Hoy estoy todavía más convencido de ello".

¿Por qué el Papa no fue operado antes? Crucitti responde que desde el primer episodio de esta enfermedad, que data del 24 de diciembre de 1995, Juan Pablo II ha respondido bien al tratamiento con antibióticos, y añade: "No había riesgo de peritonitis difusa, porque las adherencias que resultaban de las pruebas practicadas mantenían bloqueada toda la zoná apendicular. Luego, el Papa tenía muchos compromisos que quería respetar y que han provocado un largo aplazamiento de la operación".

Las adherencias, excrecencias filamentosas formadas en torno a las cicatrices de la operaciones, constituyen en sí mismas un problema que podría seguir dando complicaciones y hasta bloqueos intestinales parciales, según indican otras fuentes médicas. Francesco Crucitti confirmó ayer que, durante la intervención, había "liberado de adherencias la zona del ciego y el apéndice", al tiempo que reiteró que fue la presencia de esas excrecencias, detectadas en los análisis radiológicos, lo que había llevado a descartar la técnica menos cruenta de la laparoscopia, o introducción de una sonda para extirpar el apéndice.

Buen estado general

Por lo demás, el cirujano jefe del Gemelli destacó que el estado general del Papa es bueno -"todas las pruebas y análisis dan resultados normales", dijo-, y aseguró que la operación de ayer no interfiere con los trastornos de tipo nervioso del Pontífice, sobre cuya naturaleza exacta -si son o no síntomas del mal de Parkinson -no quiso pronunciarse. "Otros especialistas siguen ese problema", dijo Crucitti.Afirmó el cirujano que Juan Pablo II se despertó "rápidamente" de la anestesia, que saludó y agradeció a los doctores presentes en el quirófano, y que inmediatamente, poco después de la nueve de la mañana, fue trasladado a sus habitaciones en la décima planta del Gemelli, donde -según informó Joaquín Navarro Valls, el portavoz vaticano- pidió que se le leyera el comunicado médico que iba a ser distribuido.

Crucitti previó que el Papa se levantaría de la cama ya hoy, y que será dado de alta el próximo martes -"lo que es normal tratándose de un paciente de 76 años"- o incluso antes.

El cardenal Joseph Glemp, primado de la Iglesia en Polonia, declaró ayer en Roma que "el Papa no habla más que del jubileo del año 2000. Estoy seguro de que llegará vivo a esa fecha, y no creo que tenga intención de dimitir". El líder palestino, Yasir Arafat, envió ayer un ramo de rosas al Pontífice.

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