Ronaldo, sencillamente el 'crack"
Ronaldo, el pichichi, el crack por excelencia el ídolo al que se agarra el Camp Nou. El Tenerife, el equipo de la isla que precisamente ha escogido para pasar este fin de semana sin liga, rompió una media demoledora: Ronaldo iba a gol por partido. Ahora suma cinco. El miércoles no marcó; el Barça cedió el liderato al Madrid, pero él continúa en la cúspide de los arietes. Dice eso mucho de las lagunas del equipo de Robson y de la consistencia del brasileño, un extraordinario jugador de 20 años tan capaz de marcar desde fuera del área como de acompañar el balón hasta la cocina, y a quien en Brasil ya lo señalan como el sucesor de Pelé.
"Estoy aquí para recibir las críticas y los elogios", insiste con humildad este futbolista inmenso con cara de niño y dientes de conejo cuyo fichaje ha pulverizado el mercado del fútbol español: 2.500 millones de pesetas. Es la apuesta mayor del presidente azul grana, Josep Lluís Núñez, para calmar un club convulsionado tras la marcha de Cruyff. Ronaldo es garantía del éxito y del sufrimiento, de la vida y del ocaso. Sus goles amamantan al Barça de la misma forma que desnudan al equipo de Robson. Vive tanto el Barca de la genialidad de Ronaldo que el Camp Nou teme con angustia que una entrada le lleve a recorrer el "sino camino que Schuster o Maradona: enfermería, operación y sala de rehabilitación.
Es y será la estrella del Camp Nou, pero Brasil es lo primero: acudirá a un amistoso con su selección que coincide con el partido de la Recopa ante el Estrella Roja. Paradojas de la vida: Europa será entonces más difícil, como fácil fue el año pasado cuando Ronaldo, lesionado, no pudo jugar con el PSV contra el Barça en la UEFA. "Nos habría fastidiado bastante", reconoció entonces Ctuyff. El Barça pasó. Y el holandés dijo hace cuatro días: "Parece que hayáis descubierto a Ronaldo ahora".
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