La justicia argentina acorrala a Maradona y su entorno
La ofensiva de la justicia argentina sobre la portería donde tiene acorralados a Diego Maradona y a su representante, Guillermo Coppola, se mantiene. Un formidable remate del juez Hernán Bernasconi pegó en el larguero la madrugada del pasado viernes. El inefable Gabriel Morsa Expósito, cuñado e inseparable amigo de Maradona, fue detenido y procesado por tráfico de drogas prohibidas junto con otras tres personas, entre las que se encuentra una de apellido Coppola y a quien se investiga ahora por la relación -familiar o personal- que supuestamente tendría con Guillermo.
La policía seguía los pasos de todos los miembros de la red de distribución desde el pasado mes de febrero, en el verano austral, cuando comenzó a investigar el tráfico de cocaína y de pastillas de éxtasis en las discotecas de las playas de la costa atlántica. Las pistas les llevaron entonces a la capital del país, donde detuvieron primero a Alberto Conejo Tarantini, el ex jugador del Boca y del River, que fuera defensa titular en la selección argentina que ganó la Copa del Mundo 78. Las conexiones de cada persona involucrada en el proceso, que tenían en común relaciones con dueños de discotecas o personas famosas por su actividad, como políticos, artistas o futbolistas, eran seguidas a su vez y así fue que finalmente cayó el Morsa Expósito.
"Recién comienza"
Los encargados de la investigación aseguran que "esto recién comienza" y que "puede haber novedades muy importantes". El juez Hernán Bernasconi, admitió que se pincharon los teléfonos y se escucharon conversaciones en las que aparecen Maradona y a Guillermo Coppola, por esa razón "los dos serán citados a declarar en los próximos días". El único de los dos que habló, hasta ayer, fue el representante de Maradona, quien negó toda vinculación "familiar, personal o comercial" con Claudio Coppola, uno de los detenidos el viernes. Guillermo Coppola dijo además que "Maradona está muy mal, dolido y preocupado por todo lo que pasa, precisamente cuando está haciendo un increible esfuerzo para tratar de estar mejor".A su regreso al país hace una semana, el jugador se encontró con que en la portada de una revista se anunciaba un supuesto informe médico sobre un control que le habrían realizado el año pasado y, según el cual, "sufre daños progresivos y irreversibles en su cerebro" a causa del consumo excesivo de drogas. Tres días más tarde, el juez que investiga las denuncias de sustitución de frascos de orina, en el análisis antidopaje que se le realizó cuando disputó su último partido oficial, dijo que le citaría para que declare en ese proceso. Y sólo seis días después, la policía detiene por fin al Morsa Expósito, el marido de su hermana Beatriz, su fiel servidor y proveedor, al que encuentra en el piso de su hermano Hugo, que juega en Japón.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.