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Una explosión abrasa a un hombre y hunde una corrala del centro

Jan Martínez Ahrens

Un hombre abrasado y cinco heridos. Este fue el resultado de la explosión de gas butano que sacudió a las 5.45 de ayer una centenaria corrala del casco antiguo de Madrid. El estallido, que destrozó la parte interior del edificio, se registró en un piso de la segunda planta, donde vivía en régimen de alquiler Alberto Mahíllo, de 26 años. El hombre, según los bomberos, encendió la luz, y entonces, al entrar en contacto el calor de la bombilla con el gas que se había escapado de la bombona, se produjo la explosión.Mahíllo, abrasado en un 95% de su cuerpo, permaneció al menos 45 minutos hundido entre los escombros sin perder la consciencia. "¡Estoy aquí, estoy aquí!", recuerdan los vecinos que gritaba. Tras ser rescatado por los bomberos, fue conducido al hospital La Paz. Su situación era extremadamente crítica.

El inmueble, de cuatro plantas, está situado en la calle de San Hermenegildo, 10. Construido en 1891, se dividía en dos corralas, una exterior y otra interior, siendo esta última la parte más afectada. La explosión desajustó sus vigas de madera, causó el hundimiento de la tercera planta sobre la segunda, derribó tabiques e hizo ceder su fachada interior.

Casi una decena de vecinos, sorprendidos mientras dormían, quedaron atrapados en el edificio a causa de los escombros y tuvieron que ser rescatados por los bomberos. El resto de inquilinos, fundamentalmente de la primera planta y de la parte exterior, consiguieron salir por su propio pie. Pese a este estrago, sólo seis vecinos, de un total de 32, sufrieron heridas, ninguna de gravedad. El Samur les prestó los primeros cuidados y hospitalizó a cinco, de los que cuatro recibieron el alta.

Durante las tareas de desescombro, los bomberos estuvieron a punto de verse sorprendidos por un nuevo derrumbamiento. El Ayuntamiento ofreció alojamiento a los afectados. "Pues veremos lo que nos dan", decía un vecino. Otros, como Beatriz e Isabel, dos estudiantes que acababan de alquilar un piso en el edificio, pensaban regresar a Santander, su tierra natal. "Ibamos a acostarnos cuando oímos la explosión. Luego vinieron los gritos de auxilio. Nosotras tuvimos suerte", contaban.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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