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A la carga

Violento desalojo policial de un centro social 'okupa' en Tetuán

Agentes antidisturbios de la Policía Nacional la emprendieron ayer a porrazos contra 45 okupas que se resistían de forma pacífica a su desalojo del Centro Social David Castilla, una antigua panificadora en la calle de Villaamil, 46, en Tetuán, tomada hace dos años. Diez okupas y simpatizantes resultaron contusionados. Sólo dos fueron trasladados a centros hospitalarios y después dados de alta, Valentín l., de 29 años, con un ojo inflamado y una herida en el labio, y Ángeles Z., de 53. Según la policía, cinco agentes sufrieron contusiones en refriegas tras el desalojo.

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Diez 'okupas' y cinco agentes, contusionados

VIENE DE LA PÁGINA 1La primera carga policial se produjo hacia las nueve de la mañana, antes de iniciarse este desalojo judicial pedido por los dueños de la nave, cuando medio centenar de personas estaban concentradas en apoyo a los okupas. Según varios testigos, los agentes dispersaron a porrazos a los congregados. Cuarenta y cinco jóvenes permanecían encerrados dentro del edificio, 15 de ellos en el tejado.

El desalojo de los 30 encerrados en la planta baja fue pacífico. Sólo quedaban ya los 15 amotinados del tejado, tres de ellos subidos en un andamio. Cuando la policía llegó hasta donde estaban, comenzaron a golpearles con porras y a tirarles de los pelos sin que los jóvenes hubieran iniciado agresión alguna.

Según la versión policial, todo el tejadillo estaba cubierto de aceite y los okupas se agarraban a las piernas de los agentes, con lo que éstos vieron que unos y otros podían caer al vacío y cargaron para reducirles y poder salir todos de allí. Los resistentes dan una explicación distinta: "Empezaron a golpearnos sin más". Valentín I., uno de los jóvenes que tuvo que ser hospitalizado, abandonó el edificio tras la carga con un ojo deformado por la hinchazón y un labio roto.

Los últimos okupas desalojados fueron los tres del andamio. Para bajarlos fue necesaria la escalera de los bomberos. Uno de ellos salió del edificio sangrando por la nariz; los otros dos, con contusiones. "Nos han dado golpes y porrazos", aseguraban.

Para las once de la mañana el inmueble estaba vacío. Poco después, según portavoces policiales, grupos de jóvenes cruzaron coches en la calle de Berruguete para formar barricadas, pero fueron disueltos. La Policía Nacional asegura que varios okupas intentaron volcar un coche patrulla ocupado por agentes locales, extremo que niega la propia Policía Municipal.

A mediodía, el barrio recuperaba la normalidad. Pero el tema seguía de boca en boca. "Los chicos que llevaban el centro eran muy majos, pero cuando organizaban conciertos la gente que venía de fuera se pasaba mucho", decían en el bar Mena.

"A diario no había problemas, pero lo de los conciertos era horrible: nuestra calle acababa llena de botellas rotas, meados y basura", explican los habitantes del callejón de Rosa Menéndez.

Los okupas entraron a la antigua panificadora PAMBU en diciembre de 1994, cuando, según los vecinos, el edificio llevaba unos dos años vacío. Disponían de un bar, un vivero, una biblioteca, locales de ensayos, una asesoría laboral y talleres de juegos de rol, flamenco e idiomas. En su programación mensual había conciertos, vídeos, debates, fiestas... Ahora, la empresa Liber 2000, actual dueña del inmueble, tiene previsto derribar el David Castilla, llamado así como homenaje a uno de los okupas, que murió poco después de la toma del centro, para edificar viviendas.

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