Otra visión
Desde que vivo en el centro de Madrid, muy cerca de la Gran Vía, tengo otra visión de esta ciudad nuestra: mi calle está, a todas horas del día y de la noche, concurrida por personas árabes que se reúnen en grupos; según tengo entendido, son vendedores de drogas; hay otros que se dedican a asaltar a los turistas que entran a los hoteles y a robar las carteras de cualquiera que se descuide. Las mujeres, sobre todo, tenemos miedo de pasar por allí en cuanto anochece.Por supuesto que en todos los países hay gente honrada y maravillosa; pero yo, desde que sufro en carne propia este problema, empiezo a mirar las cosas con otros ojos... y no quisiera llegar a ser racista; no olvido al argelino herido por defender a una chica española. Ojalá las autoridades pongan remedio.