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Blair apela a los votantes de Thatcher para sacar al laborismo británico de 17 años de oposición

"El laborismo vuelve a casa", después de 17 años en la oposición. La frase, robada a los seguidores del equipo de Inglaterra en la Eurocopa 96, la utilizó ayer Tony Blair líder laborista, para cerrar su triunfal intervención ante miles de delegados, invitados y periodistas que asisten al congreso anual en Blackpool. En el salón de actos, decorado en tonos rojos y grises, no cabía un alfiler. Blair apeló a los votantes que llevaron al poder a Margeret Thatcher para poder ganar las próximas elecciones en el Reino Unido que deben celebrarse antes del mes de mayo de 1997.

En su intervención, Blair definió al laborista como un Partido preocupado por la pequeña empresa y capaz de gobernar con la minuciosidad presupuestaria de un ama de casa. Por si esto fuera poco, el nuevo líder del centro hizo un llamamiento, a todos los británicos "vengan de donde vengan", dijo para que apoyen su programa de progreso y se esforzó por contentar a todas las tendencias del partido."Es como la lista de la compra. Lo ha metido todo", decía uno de los invitados en la tribuna de prensa, refiriéndose al discurso de Blair. Un programa de Gobierno para el Reino Unido que pretende conciliar los intereses de la clase obrera, tradicional soporte del partido laborista, con los de la, clase media e incluso con los de los grandes. empre sarios que empiezan a confiar en Tony Blair, como un sólido líder al que encomendarle las riendas del Gobierno británico. "Tenemos 1.000 días para preparar los próximos 1.000 años", dijo el líder laborista refiriéndose a los retos del próximo milenio. Un milenio en el que su partido, está dispuesto a devolver al Reino Unido al territorio de las grandes potencias.

Con la seguridad del político que se siente ya a las puertas del poder, Blair pronunció un discurso de impecable "corrección política" (con alusiones a Nelson Mandela y al conflicto israelo palestino), en el que renovó el compromiso de su partido con la actual política de defensa, la OTAN y el gran aliado, Estados Unidos. Con Europa, el líder, se limitó a ofrecer un compromiso con el desarrollo hasta el final del mercado común y, como de costumbre, insistió en que los la boristas aprobarán el capítulo social de Maastricht aunque no renunciarán al derecho al veto en la Unión Europea. "Mis prioridades son tres: educación, educación, educación" , dijo el futuro primer ministro, recordando a sun asta auditorio que. en estos momentos el Reino Unido ocupa un lamentable puesto 35 en la lista de paises con mejor educación. Los laboristas proponen retirar el seguro de desempleo a unos 250.000 jóvenes a cambio de un trabajo piloto. El dinero saldrá del bolsillo de los grandes accionistas de las compañías públicas priatizadas, por la vía de un impuesto especial.

Blair acusó a los tories de haberse limitado a ofrecer buenas palabras y no hechos durante su larga etapa en el poder, pero su propio discurso no fue sino un catálogo de promesas. El líder laborista se pronunció a favor de¡ pleno empleo: "No puede ser que padres desempleados tengan hijos igualmente en el paro", y criticó a una economía que permite que proliferen las segundas residencias, mientras miles de personas carecen de hogar.

Blair se comprometió en su intervención a, prohibir la venta de armas. de fuego en el Reino Unido, cuando llegue al poder. Una medida reclamada insistentemente por los padres de las víctimas de Dunblane, la pequeña localidad escocesa donde 16 niños de cinco años fueron asesinados en febrero por Thomas Hamilton, miembro de un club de tiro que entró en la escuela armado de cuatro pistolas.

El asunto de las pensiones

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Por lo demás, Blair pasó de puntillas por el candente tema de las pensiones -despachándolo con una débil promesa: "El próximo Gobierno laborista mantendrá la misma actitud protectora ante los pensionistas que los pasados Gobiernos laboristas".Con anterioridad, había pisado la tribuna de oradores en el que será con toda probabilidad ministro de Exteriores en el futuro Gobierno Blair, Robin Cook, quien trazó lo uqe será la política europea del nuevo Gabinete. Por cierto, asombrosamente similar a la conservadora en su cautela hacia la moneda única, pwero más positiva y con mayor visión de futuro de una Europa unida.

Embajadores de medio mundo, representantes de partidos hermanos y cientos de curiosos llenaban ayer el edificio conocido como, Winter Gardens, donde los laboristas celebran su congreso. Blackpool, ciudad turística construida hace casi un siglo para ofrecer vacaciones baratas a los trabajadores del norte de Inglaterra, rebosaba ayer de admiradores de Tony Blair. Pero los verdaderos descontentos, se habían quedado en la calle, donde una pancarta solitaria proclamabá estoica: "Tony Blair es un tory".

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