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El etarra Parot provoca a golpes su expulsión de la sala en la que se le juzga

Los etarras Henri Parot, Gonzalo Rodríguez Cordero y José- Gabriel Zabala, a los que se juzga por el atentado en Madrid contra la Dirección General de la Guardia Civil, se negaron a contestar ayer a las preguntas del tribunal y fueron finalmente desalojados de la sala de la Audiencia Nacional. Parot afirmó que no reconocía al tribunal y que estaba allí por defender a su pueblo. Otro de los acusados se pronunció en parecidos términos y profirió amenazas si no le devolvían a los calabozos. El tribunal decidió que los acusados debían permanecer en la sala, por lo que Parot y sus compañeros se lanzaron a golpear los cristales blindados que les aislan del resto de la estancia en cuanto comenzó a declarar el primer testigo, Luis Felipe Delgado, padre de un niño de dos años que falleció en el atentado por el que se juzga a los etarras. Además, Parot insultó al presidente del Tribunal, quien finalmente le expulsó de la Sala, a pesar de la protesta del fiscal.

El fiscal pide 1.160 años para Henri Parot y 68 para cada uno de los otros dos etarras, por el atentado contra la Dirección General de la Guardia Civil, en Madrid, que fue perpetrado con un coche bomba el 22 de noviembre de 1988 y causó la muerte de dos personas y heridas de diversa consideración a otras 88.

La Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) solicita para el francés penas que superan los 1.800 años de cárcel y reclama que se declare a Herri Batasuna responsable civil subsidiaria.

Henri Parot era miembro del comando itinerante de la banda terrorista. Parot ya está condenado a penas superiores al máximo plazo de cumplimiento de 30 años establecido en la ley.

Testimonios innecesarios

El tribunal, previamente, no había aceptado la declaración como testigo del ex secretario de Estado para la Seguridad, Rafael Vera, solicitada por la AVT. José Luis Jerez, abogado de la asociación citada, argumentó que Vera participó en las conversaciones con la cúpula de ETA en Argel y que el atentado contra la Dirección de la Guardia Civil podía haber sido la forma de ETA de presionar al Estado.Según Jerez, Vera podría aclarar las circunstancias que rodearon la colocación del coche bomba. El tribunal estimó que la presencia de Vera no es necesaria para esclarecer la acción terrorista. Idéntica posición mantuvo respecto a la comparecencia de Pedro J. Ramírez, director del diario El Mundo, que cuando dirigía Diario 16 mantuvo una entrevista con la dirección de ETA en fechas posteriores al atentado.

Los magistrados habían rechazado también la petición de la defensa de Rodríguez Cordero y Zabala, que pretendía que se suspendiera el juicio por no haber tenido tiempo suficiente para prepararlo. El juicio se reanudará hoy con las conclusiones definitivas del fiscal y de las acusaciones.

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