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Entrevista:

"Contra el dinero no hay quien pueda"

Angelino Fons empezó a soñar con el cine desde el claustro plateresco. del colegio de los jesuitas de Orihuela, pero la profesión de director cinematográfico no era por entonces reconocida. Por eso, después de acabar el bachillerato se fue a Murcia a estudiar Filosofía y Letras y a dirigir el cineclub de la facultad. Luego, cuando se abrió en Madrid la Escuela de Cine, Angelino Fons viajó a la capital; aprobó el selectivo examen de ingreso y empezó a mirar las calles de la ciudad como un enorme plató. Una ciudad en blanco y negro como cuadraba al Madrid gris y enlutado en el que se movían sus protagonistas. En su nutrida e irregular filmografia, Fons descubriría ante las cámaras el Madrid galdosiano de Fortunata y Jacinta escudriñando en los alrededores de la plaza Mayor y la plaza de la Paja, o retrataría para la televisión el entorno que rodeó al famoso crimen de la calle de Fuencarral. Desde hace unos anos, Angelino Fons vive en El Escorial y contempla desde su atalaya una visión distante de la ciudad de sus desvelos y de sus sueños.Pregunta. ¿Cómo se ve Madrid desde El Escorial?

Respuesta. Lo que más destaca es el edificio de Torre Picasso, que a veces brilla al sol como si fuese un lingote de plata, algo así como el monolito aquel que salía en la película 2001...

P. ¿Qué es lo que más le llamaba la atención de la ciudad cuando empezó a usarla como plató?

R. El espíritu y la gracia de sus gentes, la fuerza y la personalidad de los tipos que paseaban por sus calles y cómo se habían conservado casi intactas algunas de sus zonas más tradicionales, de manera que cuando rodábamos, por ejemplo, en la plaza de la Paja, apenas nos teníamos que preocupar de ocultar una antena o tapar con un, árbol algún pequeño detalle.

P. ¿Cómo llegó a rodar La busca?

R. A Nino Quevedo le había gustado una de mis prácticas de la escuela que se llamaba Garabatos y trataba de los dibujos de los niños, había conseguido los derechos de la novela de Baroja y me propuso hacerla. El personaje femenino ya estaba pensado para Emma Penella, nos costó más dar con el protagonista masculino. Al final lo hizo Jacques Perrin, que con esta película ganaría la Copa Volpi de interpretación en el, Festival de Venecia.

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P. Después de Baroja, Massiel. ¿Cómo se sintió cuando le llamaron para dirigir Cantando a la vida, en plena euforia del La, la, la?

R. Contra el dinero no hay quien pueda. Entonces una productora te encargaba hacer cinco películas y tenías que luchar para que al menos te dejaran hacer la que tú querías hacer y tenías pensada.

P. ¿Sigue viendo Madrid como un plató?

R. Cuando bajo a la ciudad me gusta patearme sin rumbo fijo los viejos barrios del centro, la Morería, la plaza de la Paja, Puñonrostro.

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